“Para Milagro, libertação”, cantavam os militantes e populares na praça (Foto: Pablo Piovano/Página/12) |
Uma
manifestação na Praça de Maio exigiu a libertação da dirigente social: agrupações
kirchneristas e de esquerda, as duas CTA (Central dos Trabalhadores da
Argentina) e organismos de direitos humanos se mobilizaram em repúdio à detenção
da líder da Tupac Amaru no estado de Jujuy. “Não nos está respeitando, nos está
insultando”, disse Estela de Carlotto, presidenta da Avós da Praça de Maio,
sobre o governo de Macri.
Por Julián Bruschtein – no jornal Página/12, edição impressa de hoje, dia
19 (em espanhol)
“No
tenemos miedo, ellos lo tienen. Saben que no nos van a doblegar”, señaló la
presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, arengando a los
miles de militantes y autoconvocados que respondieron al llamado para
solidarizarse y pedir la libertad de la militante social jujeña Milagro Sala.
La manifestación se desplegó en la Plaza de Mayo, donde además de casi todas
las organizaciones kirchneristas se movilizaron las dos CTA y el Frente de
Izquierda (FIT). “Hace 35 días que nos vienen provocando, están buscando que
reaccionemos pero no lo van a lograr”, aseguró Marcos, un integrante de la
Tupac Amaru que apuntó contra las políticas del gobierno macrista.
“Quieren con esto que ha pasado demostrar que
tienen un poder que no tienen. El pueblo votó y vamos a respetar la voluntad
popular siempre y cuando el que preside nos respete, y no nos está respetando,
nos está insultando”, aseguró Carlotto, al cerrar el acto que comenzó pasadas
las 18 con una multitud delante. El pedido de liberación de Sala era una
constante en las consignas que se escucharon en la movilización. “Para Milagro,
liberación”, cantaba un grupo de jóvenes mientras saltaban y se arengaban entre
ellos. La plaza estalló en aplausos cuando Carlotto se refirió a la dirigente
jujeña como “la primera presa política” y apuntó contra el gobierno nacional
porque “hace un mes que estamos viviendo en el infierno”.
“En un mes nos mostraron algunas de las armas que
van a usar en sus cuatro años de gobierno. La judicialización de la protesta
social creíamos que ya la habíamos dejado atrás”, dijo a Página/12 Roberto, un
joven enfundado en una remera de la Tupac que llevaba la batuta de un grupito
de muchachos que no paraba de lanzar consignas. Las columnas no cesaban de
ingresar a la Plaza de Mayo con las banderas de sus agrupaciones anticipando la
identidad de cada una. A la cabeza, la Tupac Amaru con sus militantes y sus
banderolas blancas, mientras en la plaza se iba regando de los colores de las
agrupaciones: celeste y blanco de La Cámpora, negro azul y blanco de
Descamisados, verde de Nuevo Encuentro y el rojo del PTS. “Ooooh, vamos a
volver, a volver, a volver, vamos a volver”, cantaba la plaza entera casi al
unísono, una consigna que se convirtió –a fuerza de repetición en las “plazas
del pueblo”– en el canto representativo del kirchnerismo.
El escenario fue montado en el centro de la plaza,
delante de la Pirámide, con la gente mirando hacia la Casa Rosada. Los carteles
contra la política del presidente Mauricio Macri se veían todo a lo largo de
las columnas. “Todos somos Tupac Amaru”, se repetía sin importar quién la
llevara: chicos con sus padres de la mano, militantes, dirigentes y señoras
mayores mostraban la leyenda, mientras escuchaban a los oradores. “Hace 35 días
que nos vienen provocando, están buscando que reaccionemos, pero no lo van a
lograr. Y no nos vamos a mover de la plaza porque en la Argentina la protesta
social no es un delito”, exclamó Marcos, militante de la Tupac, que habló en
representación de la agrupación.
En el palco lo acompañaban los dirigentes y
legisladores que participaron del impulso a la convocatoria. Como lo habían
anticipado en una conferencia de prensa al mediodía en el Congreso, los
diputados del bloque del Frente para la Victoria (FpV) y de La Cámpora Andrés
“Cuervo” Larroque y Eduardo “Wado” de Pedro se mezclaban junto al ex secretario
de Comercio Guillermo Moreno, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, el
removido titular de la Afsca, Martín Sabbatella, y el líder del Movimiento
Evita, Emilio Pérsico. También se pudo ver al secretario general de ATE
Capital, Daniel Catalano, al dirigente social Luis D’Elía, los compañeros de
bancada de Sala en el Parlasur Daniel Filmus y Agustín Rossi, y el legislador y
ex ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que también compartieron palco con los
integrantes de la agrupación que conduce Sala, la Tupac Amaru.
“No nos están respetando, todos los días hacen nos
hacen algo. Hace un mes que estamos viviendo en el infierno”, dijo Carlotto y
llamó a “ponerse de pie”, al comenzar a darle cierre al acto y la movilización
ante el respetuoso silencio de la multitud. Luego apareció el “vamos a volver”
que se apagó rápidamente para escuchar las palabras finales. La presidenta de
Abuelas indicó: “No tenemos miedo, ellos tienen miedo de nosotros porque saben
que no nos van a doblegar. Por eso tenemos bastón, porque nunca nos
arrodillamos y no nos vamos a arrodillar”, siguió, despertando al público que
ahora sí empezó nuevamente a cantar “vamos a volver”, mientras las columnas de
gente comenzaban a desconcentrarse.
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