La escala del Papa en Nueva York culminó en el Madison Square Garden, donde celebró una misa ante miles de fieles (Foto Ap) |
Impone el
ambiente límites éticos que se deben respetar: Francisco
Enfrentan
los pobres la cultura del descarte
Aborda en
la ONU la guerra contra el narcotráfico, la trata de personas y la corrupción
David Brooks - Correspondente do jornal mexicano La Jornada, de 26/09/2015
Nueva
York - Techo,
trabajo, tierra y libertad y la proclamación de un derecho del ambiente fueron
los ejes del mensaje del papa Francisco ante la Asamblea General de la
Organización de Naciones Unidas (ONU) en su 70 aniversario.
En su
segundo día en Nueva York, el papa Francisco habló ante los másaltos y los
de más abajo, desde la cúpula mundial a los jornaleros y trabajadores migrantes
indocumentados.
Ante la
Asamblea General, el Papa argentino ofreció un marco moral para la política
mundial. Reconoció los grandes avances y logros que ha aportado la ONU en 70
años, pero afirmó que el panorama mundial hoy nos presenta muchos falsos
derechos y, a la vez, grandes sectores indefensos, víctimas más bien de un mal
ejercicio del poder: el ambiente natural y el vasto mundo de mujeres y hombres
excluidos.
Subrayó que
existe un verdadero derecho del ambiente, pues no se puede separar al ser
humano del ambiente y éste impone límites éticos que la acción humana
deber reconocer y respetar. Por ello sentenció:cualquier daño al ambiente, por
tanto, es un daño a la humanidad.
En torno
a la exclusión, llamó a que los gobernantes han de hacer todo lo posible a
fin de que todos puedan tener la mínima base material y espiritual para ejercer
su dignidad, y para formar y mantener una familia, que es la célula primaria de
cualquier desarrollo social. Este mínimo absoluto tiene en lo material tres
nombres: techo, trabajo y tierra; y un nombre en lo espiritual: libertad de
espíritu, que comprende la libertad religiosa, el derecho a la educación y
todos los otros derechos cívicos.
Condiciones
espirituales básicas
Por todo
esto, la medida y el indicador más simple y adecuado del cumplimiento de la
nueva Agenda para el desarrollo será el acceso efectivo, práctico e inmediato,
para todos, a los bienes materiales y espirituales indispensables: vivienda
propia, trabajo digno y debidamente remunerado, alimentación adecuada, agua
potable y libertad religiosa, y más en general de espíritu y educación. Al
mismo tiempo, “estos pilares del desarrollo humano integral tienen un
fundamento común, que es el derecho a la vida…”
Jorge
Mario Bergoglio agregó quela exclusión económica y social es una negación total
de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al
ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple
grave motivo: son descartados por la sociedad, son, al mismo tiempo, obligados
a vivir del descarte y deben injustamente sufrir las consecuencias del abuso
del ambiente o lo que llamó la cultura del descarte
Propuso
que los organismos financieros internacionales velen por el desarrollo
sostenible de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas
crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a
mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia
En torno
al eterno problema para el cual supuestamente se creó la ONU, indicó que “la
guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al
ambiente. Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se
debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las
naciones y los pueblos. Al mismo tiempo, pidió por la total prohibición de las
armas nucleares.
Y se
refirió a otra clase de guerra “que viven muchas de nuestras sociedades con el
fenómeno del narcotráfico. Una guerra ‘asumida’ y pobremente combatida. El
narcotráfico por su propia dinámica va acompañado de la trata de personas, del
lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras
formas de corrupción. Corrupción que ha penetrado los distintos niveles de la
vida social, política, militar, artística y religiosa, generando, en muchos
casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras
instituciones”.
Ante
diversos mandatarios, ministros y embajadores, entre ellos Raúl Castro, Angela
Merkel y la premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, citó un verso de su
pueblo: “El gaucho Martín Fierro, un clásico de la literatura de mi tierra
natal, canta: ‘Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan
unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean, los
devoran los de afuera’”.
Explicó: El
mundo contemporáneo, aparentemente conexo, experimenta una creciente y
sostenida fragmentación social que pone en riesgo todo fundamento de la vida
social y por tanto termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los
propios intereses. [El discurso
íntegro]
Aun no se
sabe cual será el efecto Francisco en la sede de la comunidad
mundial, pero algunos se preguntaban si fue responsable, al menos en parte, de
la renuncia inesperada del hombre más poderoso del Congreso, el presidente de
la cámara baja John Boehner –su anfitrión hace sólo 24 horas– anunciada
mientras hablaba el Papa ante la ONU.
Pero su
efecto en las calles de Nueva York era evidente, con miles de personas buscando
por lo menos un vistazo del Papa. En sus rutas, en sus destinos, masas –no sólo
de católicos– se acercaban lo mas posible mientras se desplegaba tal vez el
mayor operativo de seguridad en esta ciudad.
De la
ONU, Francisco fue a la zona cero a rendir homenaje a las víctimas del peor
atentado terrorista extranjero en este país. Ahí convivó con familiares de
víctimas y rescatistas, y rezó con líderes de otras religiones (incluyendo
musulmanes y judíos). Lamentó una mentalidad que sólo conoce la violencia,
el odio y la venganza. Advirtió contra laimposición de la uniformidad y a
favor de una diversidad aceptada y reconciliada.
Del sur
de Manhattan cruzó la ciudad hacia el norte para llegar al este de Harlem, más
conocido como El Barrio, para encontrarse con alumnos de primaria
de escuelas católicas, a quienes les dijo es bello tener sueños y poder
luchar por ellos. Ahí mismo sostuvo un breve dialogo con decenas de
trabajadores inmigrantes (entre ellos varios mexicanos) y menores de edad que
llegaron al país sin compañía.
De
regreso al centro de la isla recorrió una sección del Parque Central en su
papamóvil, saludando a miles que habían esperado horas a lo largo de esa ruta.
La escala
en Nueva York culminó en el Madison Square Garden, convertido en una
megaparroquia, pues en lugar de partidos de basquetbol o de hockey se celebró
una misa, con un Jesús crucificado, ante 20 mil fieles. Ahí se sentó en un
sillón sencillo y frente un altar construido para él por jornaleros de México y
Centroamérica.
Antes de
la llegada de lasuperestrella se ofreció un show con la
participación de cantantes como Gloria Estefan, Harry Connick y Jennifer Hudson
(quien cantó el Aleluya de Leonard Cohen) y habló el actor Martin Sheen, entre
otros.
La noche
de este viernes, el Papa partió para Filadelfia en la escala final de su gira
por Estados Unidos.
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