A foto para a história: Santos e Timochenko, no meio Raúl Castro (Foto: EFE/Página/12) |
Um passo
histórico que gera otimismo num país castigado pela guerra
A
assinatura do acordo ontem é considerado o maior avanço nos Diálogos de Havana,
pois dos seis pontos da agenda pactada pelas partes, o que se refere à justiça
para as vítimas é o que tomou mais tempo.
Por Katalina Vásquez Guzmán, de Medellín
(Colômbia) – no jornal argentino Página/12,
edição impressa de hoje, dia 24
“A foto, a foto!”, gritavam no salão de protocolo
de Havana quando, depois de anunciar o mais importante passo no atual processo
de paz entre a guerrilha das FARC e o governo da Colômbia, o presidente Juan
Manuel Santos e o comandante Timochenko (codinome) se puseram de pé com Raúl
Castro no meio. Minutos antes os chefes das duas delegações – Iván Márquez pela
insurgente e Humberto De La Calle pela oficial – firmaram o mais substancial dos
acordos até agora conseguidos em Cuba: a Jurisdição Especial para a Paz (JEP). Isto
é: como se chegará à justiça com os guerrilheiros – e também com os agentes do
Estado – que cometeram delitos durante sua vida nas armas, e de que maneira as
vítimas resultarão satisfeitas, reparadas e dignificadas. Na Colômbia – neste
ínterim – mais e mais vozes se somaram ao otimismo de vislumbrar, afinal, uma
luz no longo transitar de tropeços por um conflito armado que prejudicou sobretudo
os inocentes.
Não poucos colombianos que lutaram pela paz pagando
com sua própria vida perderam a imagem sonhada por décadas e que apareceu ontem:
o máximo chefe de Estado e o número um dos rebeldes apertando as mãos. Várias
gerações de colombianos, durante mais de meio século, só conheceram a guerra,
por isso nas associações camponesas e afros, em frente ao televisor de
lanchonetes, nas reservas indígenas, nas salas das casas, nas sedes dos
partidos nas capitais, e nas pastagens humildes da Colômbia mais distante, se
escutaram as vozes de alegria após o anúncio e o encontro entre Santos e
Timochenko, que aparecem juntos pela primeira vez através dos meios de
comunicação.
Os familiares das vítimas do conflito armado reclamam por verdade e justiça (Foto: Página/12) |
Também nas redes sociais jovens e adultos se fizeram
ouvir: “Me deixo dominar por estranhas esperanças, vivi 60 anos e todos eles num
país em guerra, tenho toda minha fé e minha alegria de um dia próximo despertar
e acreditar que não existem dois exércitos enfrentados matando colombianos. É meu
mais sagrado direito de sonhar. Quero viver esse dia”, anotou Gerardo Pérez, cidadão
de Medellín. De Bogotá, Juan Camilo Maldonado, de 33 anos e editor do portal
Pacifista, convidou “a acompanhar de perto este processo, a compreender cada
detalhe, a festejar compreendendo-o e assegurando-nos de que o que se promete
se cumpre. A paz é de todos”.
Continua em espanhol:
En el Palacio de Convenciones de La Habana, entre
tanto decenas de políticos que viajaron en la comitiva del gobierno desde
Bogotá la tarde ayer, así como los insurgentes que viven en la isla desde hace
días o meses y hacen parte de la Delegación de Paz, aplaudieron y mostraron las
sonrisas. También, algunos integrantes de la Delegación de Gobierno como
Humberto de La Calle quien, aunque menos emotivo, se veía satisfecho con los
avances del proceso que lidera desde finales de 2012 cuando se instaló la Mesa
de Conversaciones en Oslo, Noruega, y luego se trasladó a Cuba. Lo que ocurrió
ayer es considerado el más grande avance en los Diálogos de La Habana, toda vez
que de seis puntos que tiene la agenda pactada por las partes, el de víctimas y
justicia es el que más tiempo ha tomado en conversaciones, más de un año. En 32
meses de discusiones, las partes han llegado a acuerdos en tres puntos:
tierras, drogas ilícitas y participación en política. Además, este año se ha
pactado que se conformará una Comisión de la Verdad, y se firmó un acuerdo más
para “desescalar” el conflicto en Colombia y acelerar las negociaciones en La
Habana.
Desde diciembre de 2014 cuando el proceso entró en
crisis por el secuestro de un general del ejército, y luego en abril con el
asesinato de 11 soldados por parte de las FARC, esta guerrilla ha declarado
ceses al fuego de forma unilateral. El gobierno se ha negado a ceder al fuego
bilateral, mientras los índices de violencia se han mermado sustancialmente
gracias al cumplimiento de la tregua por parte de los rebeldes. Los últimos dos
meses han sido, según el Cerac, los más pacíficos en Colombia en el último
siglo.
Pero los reclamos en contra de la impunidad de
parte de las víctimas de las FARC siguen dándose, y han sido el clamor desde
que comenzaron los diálogos. Los rebeldes, en respuesta, siempre han insistido
en que no pagarán ni un día de cárcel, y empezaron sus apariciones en público
justificando su accionar armado considerándose a sí mismos como víctimas.
A casi tres años de comenzar estos Diálogos, las
posturas tanto de guerrilla, como de gobierno y de la sociedad colombiana se
han vuelto más flexibles. Y, como pudo evidenciarse ayer, se ha hechos posible
lograr acuerdos en temas álgidos y controversiales como justicia. Según se
explicó ayer, la Justicia Especial para la Paz contará con un Tribunal para la
Paz y salas de justicia, integrados por magistrados colombianos
mayoritariamente, y con participación de algunos extranjeros; se indultarán los
delitos políticos y conexos, y se dictará una ley de amnistía. Además, los
responsables de crímenes de lesa humanidad deberán pagar penas entre 5 y 8 años
que incluye restricción “efectiva” de la libertad, pero no cárcel. Quienes no
reconozcan su responsabilidad, pasarán a la justicia ordinaria y pagarán, esta
vez sí entre barrotes, 20 años o más.
Después de estrecharse la mano con el máximo líder
de las FARC, Santos se reunió con su delegación de negociadores y detalló a la
prensa que “hay delitos que ni nuestra propia conciencia nos permiten
amnistiar”, y se refirió a la tortura, al genocidio, a la toma de rehenes, a la
violencia sexual. Estos también, según Santos, “serán investigados, juzgados y
sancionados por la nueva jurisdicción especial”. Aunque para algunas víctimas
no es claro aún la aplicación de este acuerdo, que solo será efectivo si se
firma un acuerdo final entre las partes en La Habana y si en Colombia los
ciudadanos refrendan el Acuerdo, otras se mostraron optimistas.
“Estamos viviendo algo que nunca imaginé alcanzar,
al ver que es la posibilidad de alcanzar la paz. Cuando escuché la noticia me
dio emoción porque era algo que no esperaba. La noticia es darle sin duda base
sólida al proceso de paz”, dijo Clara Rojas, quien ha vivido uno de los más
horrendos episodios de la guerra en Colombia: civil secuestrada, embarazada en
cuativerio, obligada a entregar su hijo a los rebeldes, y, años después,
liberada y reunida con su primogénito rescatado de la selva. Además del acuerdo
para la Justicia que se firmó ayer, la historia de violencias se llenó de
esperanzas por el plazo de seis meses que se dio para la firma final, y el
anuncio de que, si toda sale bien, en marzo las Farc serían ya una organización
desarmada y en ejercicio de la política y la vida civil. Cualquier colombiano
sabe que no solo basta que las FARC suelten las armas para que conozcamos un
país en paz; pero sí que se estará más cerca de lograrla en tanto los rebeldes
tomen la palabra, en vez del fusil.
Tradução (parcial): Jadson Oliveira
REAÇÕES DE JÚBILO NA REGIÃO
“Somente com a não impunidade é
possível se construir uma sociedade justa e democrática”, afirmou o prêmio
Nobel da Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, ao saudar o passo histórico de
ontem nos diálogos de paz.
Nota também do Página/12,
edição de hoje, dia 24 (em espanhol)
El
acuerdo de jurisdicción especial para la paz firmado entre las FARC y el
gobierno colombiano en La Habana generó reacciones de júbilo en la región. El
secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), Ernesto
Samper, valoró positivamente ayer los avances logrados por el presidente
colombiano, Juan Manuel Santos, y el líder de la guerrilla, Timoleón Jiménez,
alias (codinome) Timochenko. “Celebro el paso histórico que dará la mesa de La
Habana al definir la aplicación de la Justicia Transicional, el cual nos
permitirá pasar del conflicto al posconflicto”, señaló a través de su cuenta de
Twitter. “Verdad, reparación y justicia deben ser los tres componentes de la
justicia transicional acordada por la Mesa de La Habana”, agregó el ex
presidente colombiano.
Por su parte, el premio Nobel de la Paz argentino,
Adolfo Pérez Esquivel, afirmó que espera que después de tantas décadas de
conflicto y violencia, el pueblo colombiano finalmente encuentre la paz. “Nos
alegramos muchísimo de este paso que está dando el presidente Santos con las
FARC”, señaló. Sin embargo, el activista defensor de los derechos humanos
consideró que todavía (ainda) existen una serie de cuestiones que deben ser
trabajadas en profundidad para garantizar la no impunidad. “Debe resolverse
cuál va a ser la reparación para los desplazados y los exiliados colombianos,
se debe llegar a soluciones integrales y no parciales. Sólo sobre la no
impunidad es posible construir una sociedad justa y en democracia”.
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