O prefeito de Guaiaquil, Jaime Nebot, participou de uma das manifestações contra novos impostos (Foto: EFE/Página/12) |
O presidente equatoriano alertou sobre um plano desestabilizador e
acusou dois militares.
Gabriela Rivadeneira, presidenta da Assembleia Nacional, disse que o suposto
plano de ataque contra o governo foi organizado por setores ligados ao exército
e dirigentes de partidos de direita.
Matéria do jornal
argentino Página/12, edição impressa
de hoje, dia 3 (em espanhol)
El presidente
de Ecuador, Rafael Correa, denunció que sectores vinculados al ejército y la
oposición de derecha tienen planes para tomar la sede del Poder Ejecutivo. El
mandatario afirmó que estos grupos aprovecharían las marchas convocadas para
ayer desde el centro y el sur de Quito, si bien la Secretaría de Inteligencia
logró desbaratar el plan. Es por eso que Correa llamó a una contramanifestación
“pacífica”, a la cual asistió la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela
Rivadeneira. En diálogo exclusivo con Página/12, la parlamentaria ecuatoriana
profundizó respecto a las motivaciones políticas y económicas tras los intentos
de “golpe blando” que sufre el gobierno del país andino.
A través de su
cuenta de Twitter, Correa señaló a dos coroneles del ejército como cabezas de
la conspiración. El primer apuntado fue Mario Pazmiño, un coronel retirado de
las fuerzas armadas, ex jefe de Inteligencia, a quien vinculó como cercano a la
Central de Inteligencia Norteamericana (CIA). En tanto, el otro personaje
señalado fue el coronel César Carrión, quien revistaba como director del
hospital policial donde el presidente estuvo secuestrado en 2010.
El mandatario
hizo la denuncia tras ser informado de que labores de Inteligencia detectaron
un plan para que ambas marchas confluyeran en la céntrica Plaza Grande de
Quito, rompieran el cerco policial y tomaran por la fuerza el Palacio de
Carondelet, la sede presidencial. Al respecto, Rivadeneira agregó que el plan
de ataque contra el gobierno no sólo fue organizado por sectores ligados al
ejército, sino también por funcionarios de partidos de derecha. La líder del
Parlamento ecuatoriano afirmó que tras la organización de los intentos de
desestabilización se encuentra el legislador del partido conservador CREO,
Andrés Páez, así como también los alcaldes de Quito y Guayaquil, los opositores
Mauricio Rodas y Jaime Nebot, respectivamente.
Desde hace más
de un mes, Ecuador vive una ola de protestas callejeras en Quito y varias
ciudades del país en rechazo a las propuestas del gobierno de crear nuevos
gravámenes a las herencias y a la plusvalía. Ante la persistencia de las
manifestaciones y la llegada a Ecuador del papa Francisco, prevista para el
domingo, decidió retirarlas temporalmente y convocar a un diálogo nacional,
medidas que no fueron suficientes para lograr la tranquilidad en las calles del
país.
Rivadeneira
señaló que las leyes propuestas apuntan a lograr una nueva relación entre el
Estado y la sociedad. Las medidas afectan a los intereses del dos por ciento de
la población, de la cual forman parte los medios de comunicación monopólicos y
la derecha nacional e internacional. La líder parlamentaria expresó que “las
leyes fueron retiradas como muestra de buena voluntad y de que el debate que
proponemos no se limita a la coyuntura de dos proyectos, sino que es algo más
amplio”. Es por eso, señaló, que se propuso “trasladar la discusión
parlamentaria a la sociedad misma, porque creemos que es necesario un gran
diálogo y debate a nivel nacional”.
De acuerdo al
informe elaborado por la Secretaría de Inteligencia ecuatoriana, también se
planificaba la toma por la fuerza de los aeropuertos de Quito y Guayaquil, así
como las salidas fronterizas de Rumichaca (con Colombia) y Huaquillas
(colindante con Perú). El proyecto incluía el envío y publicación de dos cartas
en los diarios de circulación nacional El Universo y La Hora. Otra de las
acciones que iban a llevarse a cabo era ubicar urnas en lugares públicos de
Quito y Guayaquil para que los manifestantes depositaran cartas en contra del
gobierno. Estas misivas se enviarían a la Nunciatura apostólica para que se las
hiciera llegar a Francisco.
Rivadeneira
celebró la visita del Papa, a quien consideró por su encíclica Laudato Si, la
cual se refiere a la protección del medio ambiente. “El cuidado de la
naturaleza es parte de la revolución que plantea el proyecto de Correa, por lo
que nos sentimos muy cercanos a Francisco y estamos muy felices de recibirlo”.
Sin embargo, Rivadeneira criticó la utilización política que algunos
funcionarios hicieron al respecto. “Después de retirar las leyes (que estaban
siendo discutidas), el objetivo de la oposición se transformó en evitar que el
Papa venga a Ecuador. De no conseguirlo, utilizarán la llegada de Francisco para
generar violencia en las calles”, denunció.
En respuesta al
intento de desestabilización, el presidente ecuatoriano llamó a una
contramarcha pacífica. Simpatizantes del oficialista Movimiento País se
volcaron masivamente a la Plaza Grande de Quito, en la cual fueron colocados
parlantes en el balcón del palacio presidencial y se entonaron canciones
patrias. “Nos acercarnos para brindarle nuestro apoyo a Correa”, dijo
Rivadeneira. “Estamos a favor de un reajuste en las políticas públicas que nos
permita garantizar la paridad de acceso a los servicios claves. Y eso sólo será
a través de la revolución ciudadana”.
Informe: Gustavo
Gerrtner.
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