CHILE: SETE REPRESSORES DA DITADURA SUBMETIDOS A JULGAMENTO POR ASSASSINATO

A mãe de Rodrigo Rojas e a ativista Alicia Lira na sexta-feira no juizado de Carroza (Foto: EFE/Página/12)
Um juiz chileno os acusa de queimar vivo um fotógrafo: a sobrevivente do que é considerado um dos homicídios mais brutais da ditadura de Augusto Pinochet, Carmen Gloria Quintana, revelou que a presidenta do Chile, Michelle Bachelet, que é médica, lhe salvou a vida ao curar suas queimaduras.
Do jornal argentino Página/12, edição impressa de sábado, dia 25
Sete ex-militares chilenos foram acusados na sexta-feira como autores e cúmplices do homicídio do fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri, que morreu em 1986 após ser queimado vivo por uma patrulha militar. A sobrevivente do que é considerado como um dos homicídios mais brutais da ditadura de Augusto Pinochet, Carmen Gloria Quintana, revelou que a presidenta do Chile, Michelle Bachelet, lhe salvou a vida após sofrer queimaduras quando a agora mandatária desempenhava sua atividade de médica.
Quase três décadas depois do ataque, do qual também resultou com graves queimaduras Carmen Gloria Quintana, o juiz Mario Carroza ordenou o julgamento de sete ex-oficiais e suboficiais do exército chileno. “Se instalou o processo contra as pessoas que se encontravam detidas. Particularmente, seis como autores e um como cúmplice”, explicou o magistrado. “Os seis processados como autores são os ex-oficiais reformados Julio Castañer, apontado como quem acendeu o fogo nos jovens, e Iván Figueroa e os  ex- suboficiais reformados Luis Zúñiga, Francisco Vásquez, Nelson Medina e Jorge Astengo, enquanto que Sergio Hernández foi acusado como cúmplice”, assinalou. “Há informação, há antecedentes e dados que permitem poder processá-los por homicídio qualificado no caso de Rojas de Negri, e no de Carmen Gloria Quintana, por homicídio qualificado porém frustrado”, explicou o juiz Carroza. Todos os processados ficaram detidos, em prisão preventiva, no Batalhão da Polícia Militar de Peñalolén.
O chefe da área jurídica do Programa de Direitos Humanos, Rodrigo Lledó, informou que os processados reconheceram ter abandonado o fotógrafo e a estudante, o que se converteu num dado chave para estabelecer a figura de um homicídio.
Continua em espanhol, com traduções pontuais:
En tanto, el secretario del programa de Derechos Humanos del gobierno chileno, Francisco Ugás, se mostró satisfecho con la resolución de la Justicia. Además, llamó a terminar con los pactos de silencio entre ex miembros de las Fuerzas Armadas, ya que consideró que complejizan (dificultam) el avance de las causas pendientes en materia de derechos humanos. Por su parte, uno de los abogados querellantes del caso, Héctor Salazar, dijo que ahora perseguirán responsabilidades del alto mando del Ejército, por sus supuestas maniobras para fraguar una “coartada” (para forjar um álibi), que mantuvo hasta ahora la impunidad en el caso. “Fue una cadena de rango superior lo que fraguó esta coartada (Foi uma cadeia de patente superior que forjou este álibi) y que se entregó en los cuarteles militares”, acusó el abogado Salazar. “Vamos a presentar una querella y estudiaremos cuáles son los delitos e encubrimientos de la Justicia para apuntar contra los autores materiales que lograron sortear (frustrar) los requerimientos judiciales”, anunció el jurista.
Por otra parte, Quintana reveló el jueves (na quinta-feira) que Bachelet tuvo un papel clave para que pudiera salvar su vida, ya que fue ingresada en un centro hospitalario donde la actual mandataria trabajaba como doctora (como médica). “En la Posta Central ya nos daban por muertos, así que nos iban a enviar para la casa y la doctora Bachelet estaba ahí haciendo su internado”, recordó la actual agregada científica de Chile en Canadá. “Ella dijo que bajo (sob) su responsabilidad nosotros quedábamos hospitalizados mientras no hubiera una reubicación (enquanto não houvesse uma relocalização) en otro hospital o (ou) centro de salud”, señaló. “La doctora Bachelet, desde ese momento, es muy cercana a mi persona. Le agradezco infinitamente su acto de valentía de haber arriesgado (por haver arriscado) su carrera por proteger la vida de Rodrigo y la mía”, relató la mujer.
El caso data del 2 de julio de 1986, cuando en el marco de una serie de manifestaciones en las postrimerías de la dictadura de Pinochet, el fotógrafo Rojas de Negri, de 19 años, y la entonces estudiante de ingeniería, Quintana, de 19 años, fueron detenidos por una patrulla militar. En un callejón (Numa viela) y a plena luz del día, los militares a cargo de los tenientes Pedro Fernández Dittus y Julio Castañer obligaron al periodista (o jornalista) a ponerse boca abajo sobre la vereda (sobre o passeio) y a la estudiante a permanecer de espalda (de costas) contra una pared. Tras (Após) ser detenidos, ambos fueron rociados con combustible (ambos foram encharcados de gasolina) y se les encendió fuego, para posteriormente ser abandonados – gravemente heridos – en las afueras (nos arredores) de Santiago.
De acuerdo con la versión oficial de los implicados hasta la actualidad, el joven portaba elementos combustibles que explotaron y accidentalmente alcanzaron los cuerpos de los detenidos. El propio Pinochet se refirió a la muerte de Rojas en su momento: “No quiero pensar mal, pero me da la impresión de que a lo mejor (talvez) llevaba algo oculto y se reventó (e explodiu)”.
Sin embargo, transcurridas tres décadas del crimen, la Justicia pudo avanzar sólo después de que un ex conscripto (um recruta que servia ao exército), que era parte de la patrulla militar, Fernando Guzmán, rompió lo que sería un “pacto de silencio” entre ellos y narró al juez todo lo sucedido. “Castañer ordenó a uno de los conscriptos rociarlos con el combustible que estaba en un bidón. A la mujer la roció desde la cabeza hasta los pies y al hombre a la espalda (as costas). El teniente Castañer los desafiaba con un encendedor (isqueiro), insultándolos. El fuego lo inició el teniente Castañer. Ambos se prendieron (pegaram fogo) inmediatamente”, reveló.

Tradução (parcial): Jadson Oliveira

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