Zeid Ra'ad al Hussein e sua mulher (Foto: Aporrea) |
Ao invés de buscar como agudizar a crise criada pelos
Estados Unidos na Venezuela, ao se emocionar com uma suposta repressão produto
das campanhas de desinformação desenvolvidas pela extrema direita, Zeid talvez pudesse
dar mais atenção ao que ocorre em seu próprio país.
Por: Jean-Guy Allard –
reproduzido do portal Aporrea.org, de 16/06/2015 (em espanhol, com traduções
pontuais)
Zeid Ra'ad al Hussein, el Alto Comisionado de la ONU quien se robó los
titulares (que apareceu nas manchetes) en los últimos días reclamando la
liberación de los golpistas detenidos en Venezuela por provocar múltiples
acciones de violencia, es nada menos que un aristócrata de Jordania, miembro
eminente de la familia real que gobierna este país, con una mano de hierro (com
mão de ferro) desde décadas.
Su Alteza Real el Príncipe Zeid Ra'ad Zeid Al-Hussein no pertenece a una
rama cualquiera de esta dinastía medieval. Es el hijo (É o filho) del Príncipe
Zeid de la Casa Hachemita y de la princesa turca Fahrelnissa Zeid, y es
heredero (e é herdeiro) de las Casas Reales de Irak y Siria.
En materia de represión, el Principe Zeid sabe mucho, muchísimo.
En 1989, el rey Abdala II le encargó (o encarregou) la dirección de la
Policía del Desierto de Jordania (la sucesora de la Legión Árabe) y cumplió
servicio hasta 1994.
La aparentemente exótica policía del desierto, que dispone de 4 000
hombres y que con frecuencia usa camellos, patrulla las áreas desérticas
(cuatro quintas partes del país) donde hace reinar el orden del régimen.
En su función de alto oficial de policía, Zeid estuvo en contacto
cotidiano con otra policía, la que hace temblar (a que faz tremer) a los
opositores del gobierno real: el Departamento General de Inteligencia de
Jordania (GID) - conocido como el Mukhabarat -, la temible inteligencia
jordaní. La "que persigue, encarcela, tortura e incluso mata a todo aquel
al que consideren un peligro para el gobierno", según el testimonio
reciente de un disidente refugiado en Londres.
El GID tiene una reputación de crueldad que ha provocado (que provocou) severas
críticas de grupos de derechos humanos. Según organismos internacionales, la
ley jordana obliga a pedir un permiso a las autoridades para celebrar
encuentros públicos, que pueden ser prohibidos totalmente.
No es ningún secreto (segredo) que Jordania es el país más
pro-norteamericano en el mundo árabe. Siempre fue un aliado de Estados Unidos a
tal punto que se dijo que el fallecido rey Hussein – el abuelo (o avô) de Zaid
- se encontraba en la nómina (a serviço) de la CIA.
La capital de Jordania, Amman, sirvió como base para las operaciones de
desestabilización de la CIA contra Saddam Hussein e Irak.
El GID trabajó con agentes de inteligencia estadounidenses interrogando
a sospechosos (suspeitos) y han cooperado con las operaciones que enviaron
cientos de presos a Guantánamo.
Al dejar su puesto con la policía del desierto, Zeid fue delegado por el
régimen en teritorio de la ex Yugoslovia, donde ha desempeñado el cargo de
Oficial de Asuntos Políticos en el UNPROFOR - asociada a la OTAN - desde
febrero de 1994 hasta febrero de 1996.
Ahí tuvo que conocer cada detalle del momento más horrible de esta
fracasada operación "humanitaria". Mientras (Enquanto) se encontraba
precisamente en la región, ocurrió la Masacre de Srebrenica,
también conocida como Genocidio de Srebrenica, el asesinato de
8.000 personas de etnia bosnia.
Aunque sus títulos de nobleza – que el protocolo de la ONU le prohibe
usar – hacen (façam) de su persona una figura de las mil y una noches, Zeid
prefiere los lujos (os luxos) bien occidentales de Londres, París o (ou) Nueva
York y apenas disimula su americanofilia.
En 1972, Zeid se casó con una ciudadana norteamericana, Sarah Butler,
hija (filha) de una familia de Texas vinculada al mundo del petróleo.
Disponiendo de toda la confianza del rey de Jordania, Su Alteza ha sido
embajador de su país ante las Naciones Unidas durante los cuatro años antes de
ocupar su actual puesto, y se encontró en la misma posición entre 2000 hasta
2007. En el medio, fue embajador en Washington.
En lugar de buscar cómo agudizar la crisis creada por Estados Unidos en
Venezuela, al emocionarse con una supuesta represión producto de las campañas
de desinformación desarrolladas (desenvolvidas) por la extrema derecha, Zeid
pudiera tal vez darle más atención a lo que ocurre en su propio país.
No puede ignorar que, ahí donde nació, en esa Jordania gobernada por su
propia familia, más de medio millón de refugiados sirios se encuentran
sobreviviendo en campamentos, víctimas de la actividad imperial de EEUU, la
nación que tanto ama.
Tradução
(parcial): Jadson Oliveira
Comentários