Familiares dos 43 estudantes desaparecidos durante uma manifestação na capital mexicana em janeiro de 2015 (Foto: EFE/Página/12) |
O
desaparecimento dos estudantes de Ayotzinapa desnuda o desprezo pelos direitos
humanos no México.
O ex-juiz
espanhol Baltasar Garzón assegurou que a impunidade em torno do assassinato de
seis pessoas e o desaparecimento forçado dos 43 normalistas, que neste 26 de
junho completa nove meses, “é uma vergonha para a humanidade”.
Por Gerardo Albarrán de Alba, da Cidade do
México – no jornal argentino Página/12,
edição impressa de 26/06/2015
Entre a noite de 26 a madrugada de 27 de setembro
de 2014, 43 jovens se converteram no símbolo das vítimas da barbárie no México e
da incapacidade e inclusive cumplicidade governamental para garantir a segurança
de cada indivíduo da sociedade; da impunidade como norma que anula a possibilidade
de justiça e põe em relevo o julgamento do Estado democrático de direito, e do
desprezo dos direitos humanos como marca do exercício do poder político.
Não por acaso, o ex-juiz espanhol Baltasar Garzón assegurou
na última quarta-feira que a impunidade em torno do assassinato de seis pessoas
e o desaparecimento forçado de 43 estudantes em Ayotzinapa, estado de Guerrero,
há exatamente nove meses, “é uma vergonha para a humanidade”.
O célebre jurista que levou à Corte o ditador
chileno Augusto Pinochet participou dum encontro acadêmico na Universidade
Nacional Autônoma do México (UNAM) para avaliar precisamente o estado de direito,
algo que “não se pode dizer que existe no México diante de desaparecimentos forçados
recorrentes”.
Uma semana antes, a Secretaria da Defesa Nacional
(Sedena) assegurou que um dos 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos era
“soldado na ativa”. Em resposta a uma solicitação de informação, a Sedena emitiu
o ofício 2433: “Se faz de seu conhecimento que se localizou uma pessoa que
corresponde ao nome de um dos 42 estudantes desaparecidos da escola rural
Isidro Burgos referido em sua solicitação; no entanto, o nome se encontra classificado
como confidencial por se tratar de dados pessoais”. Assina o sub-chefe
administrativo e logística do Estado Maior da Sedena, general David Córdova
Campos. A versão foi negada pelos pais e companheiros dos 43 estudantes
desaparecidos (42 diz o governo, porque supostamente identificou um cadáver
encontrado numa fossa clandestina como um deles). Ainda assim, consideraram
significativo que a Sedena reconhecesse a participação do Exército na noite em
que os jovens foram atacados e posteriormente desaparecidos.
Para o jurista espanhol Baltasar Garzón, “é uma
vergonha para a humanidade que não haja ainda uma resposta contundente do
Estado, da justiça e da comunidade em geral. Não podemos permitir que o desaparecimento
forçado de pessoas seja algo que se amplie e fique impune. Tem que se encontrar
os mecanismos para que não só as famílias sejam reparadas, mas também para
evitar que volte a ocorrer um fato como o de Ayotzinapa”.
Continua em espanhol, com traduções pontuais:
Garzón fue expulsado del
sistema judicial español por prevaricación e inhabilitado por once (11) años en
2012. Actualmente asesora la defensa de Julian Assange, cabeza visible de
Wikileaks, refugiado hace tres años en la embajada de Ecuador en Londres y
cuenta con un documento de identidad que lo acredita (que o credencia) como
residente extranjero en Argentina.
La versión oficial (“verdad
histórica”, la llamó la Procuraduría General de la República) sostiene (sustenta)
que los jóvenes fueron entregados por policías municipales de Iguala a bandas
criminales (a grupos criminosos), quienes los habrían asesinado y
posteriormente incinerado, deshaciéndose (desfazendo-se) de sus restos en un
río cercano.
En México, casi nadie le
cree al (quase ninguém acredita no) gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Al cumplirse nueve (9) meses de impunidad, el llamado a movilizaciones cubren
las principales ciudades de todo el país, así como una docena (10) en Estados
Unidos y Canadá, en varios países centroamericanos y buena parte de Sudamérica,
Argentina incluida. En la Ciudad de México, más de un centenar (100) de
organizaciones civiles, sindicales, artísticas y defensoras de derechos humanos
iniciará hoy una jornada de 43 horas ininterrumpidas de actos
político-culturales en los alrededores del Palacio de Bellas Artes, en el
centro de la capital del país, apenas a unos 900 metros de Palacio Nacional y
la pocas veces utilizada oficina (escritório, despacho) presidencial.
Un grupo interdisciplinario
de expertos independientes designados por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) ha trabajado en México desde febrero pasado. Hasta
ahora han presentado tres informes que cuestionan la investigación de las
autoridades y documentan una docena (12) de quejas (queixas) de las causas
penales por tortura, tratos crueles y alteraciones al debido proceso. Además,
el caso está fragmentado en 13 juicios (julgamentos) que se siguen en seis
juzgados (6 varas). Lo que no ha cambiado (O que não mudou) es su recomendación
a la administración de Peña Nieto para clasificar el caso Ayotzinapa como
desaparición forzada y no como secuestro, además de investigar casos de
tortura, tentativa de homicidio, encubrimiento, obstrucción de la justicia, uso
inadecuado de la fuerza y amenazas a los normalistas y sobrevivientes. El lunes
(Na segunda-feira) presentarán un nuevo reporte.
A finales de abril, Human
Rights Watch (HRW) expresó directamente a la administración de Enrique Peña
Nieto su preocupación por “la crisis de derechos humanos que actualmente
enfrenta México” por casos sistemáticos de desapariciones forzadas, ejecuciones
extrajudiciales y tortura, todos agravados por la impunidad, como lo han
señalado también informes de la ONU y de la propia Comisión Nacional de
Derechos Humanos (CNDH). Precisamente en marzo, el relator especial de la ONU
sobre Tortura Juan Méndez documentó ante el Consejo de Derechos Humanos de la
ONU que la “tortura es generalizada en México” y que casi nadie es procesado
por ello (e quase ninguém é processado por isso). La reacción del gobierno
mexicano, a través de la cancillería, fue negar los hechos (os fatos) y acusar
al relator de ser “muy irresponsable y muy poco ético”.
México cuenta con una
unidad especial para investigar desapariciones, creada en la Procuraduría
General de la República (PGR) en junio de 2013. Para enero (janeiro) de este
año no había logrado una sola condena (uma só condenação) de los casos que se
remontan a 2007, a pesar de que sólo entre 2006 y 2014 la CNDH emitió 57
recomendaciones sobre ejecución arbitraria, once (11) recomendaciones sobre
desaparición forzada y 79 recomendaciones por tortura contra las fuerzas del
orden público, incluyendo el Ejército y la Marina.
En una carta enviada el
pasado 28 de abril a la procuradora Arely Gómez González, el director para las
Américas de HRW, Daniel Wilkinson, le exigió dar a conocer los nombres de los
más de 22 mil personas desaparecidas en México, así como los de varios miles
(milhares) más que supuestamente han sido localizadas.
Wilkinson puso en tela de
juicio (pôs em destaque) a Arely Gómez González, quien sustituyó al procurador
Jesús Murillo Karam tras su sonado y (após seu retumbante e) reiterado fracaso
para conducir las investigaciones por la desaparición de los 43 estudiantes
normalistas de Ayotzinapa. “Aún está por verse si (la procuradora) está
dispuesta a hacer lo necesario para garantizar (para garantir) que estos
delitos sean investigados de forma exhaustiva y que los responsables sean
finalmente llevados ante la Justicia”, dijo el funcionario de HRW.
Tradução
(parcial): Jadson Oliveira
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