É a primeira vez que Castro e Francisco se encontram desde a mediação feita pelo Papa entre EUA e Cuba (Foto: AFP/Página/12) |
Raúl Castro elogiou Francisco depois de manter uma audiência de uma hora com ele no Vaticano: o presidente
cubano prometeu ademais que irá a “todas as missas” que o pontífice celebre na ilha, quando da viagem em setembro. Valorizou a mediação do Papa no restabelecimento das relações com os Estados Unidos.
Por Elena Llorente, de Roma - no jornal argentino Página/12, edição impressa de hoje, dia 11 (em espanhol)
Que un
comunista, que es miembro del Partido Comunista Cubano y además presidente de
Cuba, asegure ante la prensa internacional que si el papa Francisco sigue
hablando como lo hace y diciendo las cosas que dice, él podría volver al seno
de la Iglesia, deja a más de uno con la boca abierta. “Como ya les he dicho a los
dirigentes cubanos, yo me leo todos los discursos del Papa y sobre todo los
comentarios que él hace. Y si el Papa sigue hablando así, comenzaré a rezar y
volveré a la Iglesia. Y no lo digo en broma (E não digo isso de brincadeira)”, dijo Raúl Castro durante su
encuentro con la prensa ayer domingo, luego de la audiencia de una hora con
Francisco en el Vaticano y otra reunión con el jefe del Gobierno, Matteo
Renzi, en la sede del gobierno italiano en Roma.
Nadie se
esperaba declaraciones de tal envergadura y algunos vaticanistas vaticinan que
seguramente tendrá sus consecuencias entre los cristianos y no cristianos de
Cuba y de América latina en general, sobre todo porque los dirigentes de la
isla se han caracterizado por ser muy reticentes a hacer declaraciones o (ou) comentarios. Por lo demás, los elogios al pontífice no terminaron allí. Educado
en un colegio jesuita como su hermano Fidel, líder histórico de la Revolución
Cubana, Raúl Castro dijo además que mantuvo “una reunión muy agradable con el
papa Francisco” y que salió “muy impresionado por su sabiduría, su modestia y
todas las virtudes que sabemos que tiene”. El mandatario cubano prometió además
que irá a “todas las misas” que celebre el Papa en Cuba, en ocasión del primer
viaje de este pontífice a la isla caribeña programado para septiembre, días
antes de su llegada a Estados Unidos prevista para el 20 de ese mes.
Castro venía de
una gira que lo llevó primero a Argelia, por negocios principalmente, contaron
a Página/12 los periodistas cubanos que lo acompañan, y luego a Moscú, donde el
sábado asistió, junto a su colega venezolano Nicolás Maduro entre otros
presidentes, a un imponente desfile militar de conmemoración de los 70 años de
la derrota de los nazis por parte del ejército soviético.
El encuentro
con Francisco, realizado en una sala adyacente de la gran Aula Paulo VI, donde
el pontífice hace en invierno la tradicional audiencia general de los
miércoles (das quartas-feiras), comenzó pocos minutos después de las 9.30 de ayer y se extendió por
una hora, aunque el coloquio estrictamente privado duró 55 minutos, según
fuentes vaticanas. Un grupo de guardias suizos, en sus coloridos trajes del
Renacimiento, estuvieron rindiendo homenaje a los que llegaban en la puerta.
Castro llegó puntualísimo (“El es siempre muy puntual, al contrario de la
mayoría de los cubanos. Si la cita es (Se o encontro é) a las nueve, a las nueve menos diez
segundos está pisando la escalera para entrar”, comentaron los periodistas
cubanos). Estuvo acompañado por una numerosa delegación (cerca de diez
automóviles) pero sólo once personas entraron para estar presentes cuando se
concluyera el coloquio privado y poder saludar a Francisco, entre ellas el
canciller Bruno Rodríguez Parrilla y el vicepresidente Ricardo Cabrizas. “La
reunión se desarrolló en un ambiente de cordialidad y familiaridad” y se habló
de algunos detalles del próximo viaje del Papa, dijo a los periodistas en la
puerta de la sala de la reunión el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi.
Era la primera
vez que los dos jefes de Estado se encontraban desde la mediación que Francisco
hizo entre Estados Unidos y Cuba y que acabó con el hielo que había
caracterizado más 50 años de no relación entre los dos países. La
intermediación papal fue reconocida y valorada tanto por el presidente Barack
Obama como por el propio Castro. “Le agradecí al Papa sus esfuerzos en la
mediación con Estados Unidos”, dijo el presidente cubano al salir del encuentro
con Francisco y poco antes de subir al coche con banderita cubana que lo
llevaría a la reunión con Renzi. Ambos se saludaron con un apretón de manos y sonrisas.
A los periodistas no dijo nada más. Y en la que se suponía iba a ser una rueda
de prensa, con preguntas y respuestas, después del encuentro con el premier
italiano, en realidad no hubo nada más que dos jefes de Gobierno que hablaron,
Renzi pocos minutos, Castro un poco más, elogiándose mutuamente, pero nada de
preguntas.
Sobre la
reunión con Renzi, Castro dijo que “hablamos de todo, de historia y de la
actualidad y de las relaciones históricas entre cubanos e italianos que, por lo
que se refiere al carácter y a la fuerza de la voz, nos parecemos. Tanto los
cubanos como los italianos gritamos bastante...”, indicó sonriendo. Y añadió
que “Italia está jugando un importante rol en las negociaciones con la Unión
Europea que esperamos se pueda concluir en un acuerdo a fines de este año. Hay
diferencias. Pero tenemos que aprender a convivir con ellas, como lo estamos
haciendo con los Estados Unidos. Debemos respetar las ideas de los demás aunque
no coincidan con las nuestras”. En el encuentro con Renzi también hablaron de
un próximo viaje del premier italiano a Cuba.
Tal vez el
próximo 28 de mayo, contó por otra parte, el Congreso estadounidense acepte
sacar a Cuba definitivamente de la lista de países terroristas. “Somos
terroristas (para ellos) desde el gobierno de Ronald Reagan –dijo–. ¿Nos llaman
terroristas a nosotros?” Y en cuanto a algunas críticas que se hacen a Cuba en
materia de derechos humanos, reconoció que “se han cometido errores” pero se
preguntó: “¿La salud es un derecho humano o (ou) un negocio? En Cuba es un derecho
humano. ¿La instrucción es un derecho humano? En Cuba lo es”. A veces se usan
los derechos humanos como pretexto para esconder otras cosas, advirtió. Y
recordando a Obama, dijo que en Panamá, cuando se reunieron todos los países de
América y donde tuvo oportunidad de conversar con él por primera vez, “le dije
que él actuaba así con nosotros (por el deshielo (desgelo) que había promovido con Cuba)
gracias a sus orígenes humildes. Yo he leído dos biografías de Obama...”,
advirtió. Pero enseguida cortó su discurso. “Me gustaría poder quedarme pero
tenemos que partir a Cuba”, dijo, advirtiendo que el presidente François
Hollande está viajando para allá y sería muy descortés que el mandatario
francés llegara antes que él.
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