A deputada e diretora do Centro Nacional de Educação Sexual, Mariela Castro, liderou a manifestação (Foto: Página/12) |
Mariela Castro, filha do presidente cubano, encabeçou uma mobilização em
defesa da igualdade de direitos com independência da orientação sexual. Também
foram celebrados casamentos simbólicos oficiados por líderes religiosos.
Matéria do jornal
argentino Página/12, edição impressa
de ontem, dia 11 (em espanhol, com traduções pontuais)
Cuba festejó el sábado la jornada contra la homofobia y la transfobia
con la celebración de bodas simbólicas de parejas (casais) del mismo sexo
oficiadas por líderes religiosos, con la esperanza (perspectiva) de que esas
uniones se puedan convertir pronto (em breve) en matrimonios civiles y legales
en la isla (na ilha). Antes, más de mil personas lgtbi (lesbianas, gays,
transexuales, bisexuales e intrasexuales) participaron en una marcha para
reivindicar (defender) la igualdad de derechos con independencia de la orientación
o (ou) la identidad sexual, acto que fue promovido y encabezado por Mariela
Castro, diputada e hija (filha) del presidente Raúl Castro. “Tenemos la alianza
con varios líderes religiosos desde que empezamos a organizar esta jornada y
ellos van a organizar un espacio para involucrar (envolver) en el amor
universal entre personas”, explicó sobre esas bodas Mariela Castro, directora
del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
El arzobispo de
la Iglesia Católica Eucarística en Canadá, Roger LaRade, promotor de esas bodas
o (ou) “celebraciones de amor” en Toronto, viajó hasta La Habana para oficiar
cuatro de estos enlaces, dos de parejas (2 de casais) gays, uno de una pareja
de lesbianas (um dum casal de lésbicas) y otro de una pareja (casal) heterosexual.
“A medida que pase el tiempo y estas manifestaciones ocurran en Cuba, espero
que nuestra Iglesia pueda ser parte de ello (possa ser parte disso) y en un
momento dado yo pueda oficiar el matrimonio de parejas gays y lesbianas en La
Habana. Eso sería maravilloso y Dios quiere que suceda”, dijo el arzobispo
canadiense.
Una veintena de
parejas (20 casais) homosexuales tomadas de la mano, algunas llorando de
emoción, recibieron la bendición (a bênção) de religiosos estadounidenses y
canadienses, una ceremonia inusual en la isla, donde el matrimonio gay no está
legalizado y persiste una fuerte sensación de homofobia en la sociedad a la que
esta comunidad trata de sensibilizar. Entre los primeros que dieron un paso al
frente ante los religiosos estuvieron Luis Enrique Mederos y su compañero de
los últimos 14 años, Alain Morales. Bajo (Sob) una enredadera y un toldo que
apenas los tapaba del inclemente sol tropical, de pie frente a una mesa en la
cual se sentaban varios prelados, incluido el afamado reverendo estadounidense
Troy Perry, Mederos y Morales escucharon las palabras que les decían los
religiosos.
Morales, de 38
años, y Mederos, de 47, pasaron por el altar el sábado para decirse un
simbólico sí quiero (sim, quero), un paso más de consolidación y
fortalecimiento en una relación de más de 14 años, afirmaron los recién
casados. “Es un paso más porque la fe cristiana, la fe religiosa está
reconociendo nuestro amor, el amor de dos (duas) personas que se aman libre de
cualquier discriminación por identidad de género u (ou) orientación sexual”,
subrayó Mederos, diseñador (desenhista, designer) gráfico de profesión.
“Deseo que
algún día podamos vernos ambos en una unión legalizada, que nuestra familia sea
partícipe de esa relación y podamos vernos también con nuestros trajes bellos”,
agregó. Para él, aunque la sociedad cubana todavía (ainda) está dominada por
una visión patriarcal, machista y retrógrada, se notan avances en los últimos
años y se han abierto espacios de tolerancia y respeto hacia las personas
lgtbi, un cambio que deseó pronto (uma mudança que pode ocorrer logo que) se
materialice en la aprobación de un nuevo Código de Familia. Precisamente, esa
ley es uno de los principales objetivos de Mariela Castro desde hace varias
legislaturas, un nuevo Código de Familia más amplio que contemple todas las
posibilidades de unión, proyecto que, según ella misma admitió este fin de
semana, tal vez fue demasiado ambicioso para la sociedad cubana. “Quizá sí, hemos
estado por delante (Talvez sim, estivemos à frente) de lo que la población ha
sido capaz de comprender. Esto es un proceso lento de educación”, reconoció
ante la prensa. Por ello (Por isso), el objetivo del Cenecex a partir de ahora
es trabajar en dos (duas) frentes, no sólo en el plano legislativo desde la
Asamblea Nacional (parlamento unicameral) de la que ella es diputada, sino
trabajar más con las comunidades y en los barrios, para estar en contacto con
la gente y poder concientizar desde abajo (desde abaixo, entre as bases da
sociedade).
No obstante,
Castro aseguró que en los últimos años se han conseguido importantes avances en
materia legislativa, como la aprobación de un Código de Trabajo que incluye la
no discriminación por orientación sexual, si bien dejó fuera el concepto de
identidad sexual al que también aspiraba en Cenecex.
Tradução (parcial): Jadson Oliveira
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