Olga Lucía Castillo localizou os dois soldados norte-americanos responsáveis pela violação de sua filha; estavam protegidos por sua imunidade (Foto: Página/12) |
O drama de meninas e jovens colombianas, vítimas de abusos ou tráfico
sexual: o professor Renán Vega Cantor, integrante da Comissão Histórica do
Conflito e suas Vítimas (CHCV), chama uma das consequências da presença militar
norte-americana de “imperialismo sexual”.
Por Gustavo
Veiga, no jornal argentino Página/12,
edição impressa de ontem, dia 4 (em espanhol, com traduções pontuais)
Renán Vega Cantor, un profesor de la Universidad
Pedagógica Nacional de Bogotá e integrante de la Comisión Histórica del
Conflicto y sus Víctimas (CHCV), lo llama el “imperialismo sexual”. Esa es una
de sus conclusiones sobre la presencia militar de Estados Unidos en Colombia.
Está explicada en un extenso informe oficial de 809 páginas que presentó
aquella comisión de expertos (especialistas) en febrero pasado y cuya vigencia
se fortaleció con las orgías de efectivos de la DEA que le costaron la cabeza a
su directora, Michele Leonhart, en abril. El autor aporta un ejemplo de “las
violaciones y tráfico sexual que realizan funcionarios civiles y militares de
EE.UU.” en su país: el caso de las 53 niñas (meninas) abusadas en las
localidades de Melgar y Girardot en 2007. El más difundido de estos delitos es
el de la hija (é o da filha) de Olga Lucía Castillo. Tenía 12 años cuando la
secuestraron y drogaron en una discoteca. Terminó en la base aérea de
Tolemaida, donde la violaron dos (2) uniformados estadounidenses. Pero hay más.
Como lo documentan las denuncias de prostitución infantil en el puerto de
Tumaco, sobre el Pacífico, conocidas en 2013. O (Ou) los sitios de Internet
descubiertos en 2010 que ofrecían sexo con mujeres y niñas en la zona vecina (com
mulheres e meninas na zona vizinha) a la base de Palanquero.
Cuando habla de
“imperialismo sexual”, Vega Cantor compara el caso de Colombia con el de “todos
los lugares donde se encuentran militares de Estados Unidos, como en Filipinas,
Japón o (ou) Corea del Sur”. El profesor – también diplomado en la Universidad
de París – define a su país como “el portaaviones terrestre de Estados Unidos”
desde 2009, cuando se estableció que EE.UU. utilizaría siete (7) bases en su
territorio por un acuerdo con el gobierno de Alvaro Uribe. Están ubicadas (Estão
localizadas) en Cartagena, Malambo, Tolemaida, Palanquero, Apiay, Bahía Málaga
y Larandia. Son una formalidad bilateral. Otras instalaciones militares eran
empleadas (utilizadas) desde mucho antes, sin que existiera el acuerdo firmado
por el ex presidente. Colombia es un disciplinado escudero de Estados Unidos
desde la década del ’50. Al punto que colaboró con un batallón de 5204 soldados
en la Guerra de Corea (1950-1953).
Basándose (Baseando-se)
en el texto de Vega Cantor, una guerrillera de las FARC, Natalie Mistral,
escribió un extenso artículo donde sostiene (sustenta) que “la prostitución
organizada alrededor de las bases norteamericanas es justificada por la
administración militar con el eufemismo de ‘las necesidades sexuales’ de sus soldados.
Estamos ante el mayor proxeneta del planeta”. Para Mistral, “no es difícil
averiguar por qué los alrededores de las bases ocupadas se volvieron (se
tornaram) inseguras zonas rosas, donde ya las niñas no pueden salir solas a la
calle (onde as meninas já não podem sair sozinhas às ruas”.
(OBS
deste Evidentemente: conheci agora no Equador as chamadas “zonas rosas”: são
áreas da cidade – vi em Quito e Guaiaquil – onde é liberada a venda de bebidas
alcoólicas e são cheias de bares e discotecas).
El caso que más
repercusión tuvo en Colombia es el de la niña de 12 años violada la noche del
26 de agosto de 2007 en Melgar, departamento (estado) de Tolima. Su madre, Olga
Lucía Castillo, buscó y buscó hasta que encontró a los responsables. Son dos
(2) soldados norteamericanos que regresaron a su país amparados en las leyes de
inmunidad que EE.UU. firma (assina) con los países donde tiene bases o (ou) realiza
maniobras conjuntas de tropas: el sargento Michel Cohen y el militar retirado (aposentado,
reformado) César Ruiz, contratado en el marco del Plan Colombia.
La mujer le dio
(deu) una entrevista al diario (ao jornal) El Tiempo de Bogotá el 22 de marzo.
Dijo que “al final se pudo establecer que la niña había sido violada, logramos
saber quiénes eran los responsables y, pese al dolor (e, apesar da dor) que nos
embargaba, yo misma los busqué en la base y los confronté. Su respuesta fue:
‘Su hija es una putica; aquí no ha pasado nada (Sua filha é uma putinha; aqui não
aconteceu nada’”. Desde ese momento, a Olga comenzaron a seguirla, tuvo que
abandonar Melgar con sus dos hijas (com suas duas filhas) – la mayor (a mais
velha), que fue la víctima, hoy tiene 20 años – y perdió todo. El diario
informó que Castillo inició una demanda formal, que investigaron tanto la
Justicia ordinaria como la militar y hasta hubo (e houve até) un llamado de la
Defensoría del Pueblo para que se acelerara el proceso. Pero los acusados
regresaron a Estados Unidos sin pasar por los tribunales colombianos y mucho
menos por la cárcel.
Seis años
después, en octubre de 2013, el Puerto de Tumaco, sobre la costa sur del
Pacífico, era noticia por informaciones semejantes. Militantes de derechos
humanos, docentes y vecinos (e moradores) del lugar, denunciaban que militares
estadounidenses y colombianos pagaban hasta 50 dólares para tener sexo con
menores de edad. Citado por Caracol Radio, uno de ellos precisó: “En el sector
turístico de El Morro particularmente hay hoteles que hospedan pilotos y
militares extranjeros, los cuales buscan tener compañía con menores de edad. A
ellos no les importan quiénes son, sólo les interesa satisfacer sus apetitos
sexuales”.
Otro sitio
donde hubo (Outro lugar onde houve) denuncias es Puerto Salgar, que alberga a
la base militar de Palenquero. El Movimiento Social contra la Guerra y por la
Paz (MSGP) comprobó que existen sitios de Internet desde los que se ofrecen
servicios de prostitución que consisten en catálogos de mujeres y niñas. Su
investigación se difundió en 2010 durante el Encuentro Internacional de Mujeres
y Pueblos de las Américas contra la Militarización realizado en Colombia.
Solano es un
municipio próximo a la base de Tres Esquinas, una de las más importantes pero
que no está entre las siete (7) del acuerdo que firmó Uribe (Uribe assinou). En
esa zona, la tasa (taxa) de violaciones de menores es una de las más altas del
país. Según escribió Mistral, desde ahí “opera la empresa contratista (contratada
para prestar serviços) Dyncorp, involucrada (envolvida) en redes de
prostitución en Bosnia”. En 1999, sus empleados en ese país surgido de la ex
Yugoslavia fueron acusados de comprar y traficar niñas para utilizarlas como
esclavas sexuales.
Sus primeros
pilotos y aviones – generalmente fumigan las plantaciones de coca con glifosato
– se instalaron en Colombia en 1993. La compañía creada en 1946 por un grupo de
aviadores tiene un contrato con el Departamento de Estado “para trabajar en
proyectos antinarcóticos con la Dirección Antinarcóticos y la unidad aérea de
la Policía Nacional de Colombia. Además presta apoyo a la Brigada Aérea del
Ejército Nacional”. Dyncorp viene haciendo pingües (muitos, abundantes) negocios
desde la guerra de Corea. Pasó por Vietnam, El Salvador, Bosnia, Irak y
Afganistán, entre otros conflictos, siempre como contratista de Estados Unidos.
La periodista (jornalista)
norteamericana Debra McNutt escribió un interesante artículo en 2007 titulado
“La prostitución militarizada y la ocupación de Irak”, donde recuerda que “las
Fuerzas Armadas de Estados Unidos tienen prohibido (proibiram) tratar con
prostitutas”. Está documentado hasta por el cine de Hollywood que la realidad
funciona al revés (ao contrário). Con varios centenares (Com várias centenas) de
bases desparramadas por el mundo o (ou) más de mil según de qué fuente se
trate, alrededor de cada una se expande el problema de la trata de mujeres, su
explotación (o problema do tráfico de mulheres, sua exploração) y el abuso de
menores.
Donde las
tropas de EE.UU. se han establecido por un tiempo prolongado, las redes de
prostitución gozan de buena salud. En 2005, Sarah Mendelson, del Centro de
Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington, escribió un
informe titulado “Barracas y burdeles”: “Los oficiales militares suelen hacer
la vista gorda con la explotación (costumam fazer vista grossa com a
exploração) de mujeres por el personal militar y el de los contratistas
privados, porque quieren elevar la ‘moral’ de sus hombres”. Se refería al
conflicto de los Balcanes. La semejanza con lo que ocurre en Colombia es
notoria. La naturalización de los delitos sexuales también.
Tradução (parcial): Jadson
Oliveira
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