Barack Obama e Raúl Castro: a foto mais esperada do encontro no Panamá (Foto: AFP/Página/12) |
Ficará por ver se a situação atual da
América Latina e Caribe se cristaliza como algo definitivo ou se futuros governos
pró-norte-americanos iniciam o caminho de volta ao sistema anterior de “quintal”.
Por Luis
Bruschtein, no jornal argentino Página/12,
edição impressa de hoje, dia 11 (em espanhol, com traduções pontuais)
El decreto norteamericano que demoniza a Venezuela
como una amenaza a su seguridad representa el mismo maltrato hipócrita de gran
potencia que la excusa (desculpa) de los conservadores británicos para aumentar
su presupuesto (orçamento) armamentístico ante inexistentes “acciones hostiles”
del gobierno argentino por Malvinas. Ni Venezuela ni Argentina constituyen
amenazas para los Estados Unidos o (ou) Gran Bretaña.
Los tories (conservadores)
británicos ven peligrar su primacía ante los laboristas (trabalhistas) y usan
el discurso nacionalista para retener el voto más retrógrado que se fuga tras
expresiones aún más derechistas (que se transfere para partidos ainda mais
direitistas) como el Partido para la Independencia del Reino Unido. El maltrato
hacia Argentina es secundario frente a sus urgencias electorales.
Para Estados
Unidos, Cuba sin la URSS no representa un gran problema, pero el petróleo de
Venezuela en manos de un gobierno que se le rebela es un dolor (é uma dor) de
cabeza. Afloja (Alivia) con Cuba y endurece con Venezuela. Son acciones casi
reflejas de la diplomacia norteamericana, aunque en este caso, también las
necesita Barak Obama para contener la presión de los ultramontanos propios (dos
direitistas radicais do Tea Party).
El presidente
Obama y su secretario de Estado, John Kerry, viajaron a la Cumbre de las
Américas. Obama destacó la importancia que tiene para su país la relación con
el resto del continente. Sin embargo (No entanto), los medios (de comunicação)
norteamericanos apenas dieron cuenta de la reunión en Panamá porque tradicionalmente
les han dado poco espacio a los temas sobre América latina. Para la sociedad
norteamericana tampoco es relevante. No es un tema que pesa en la política
interna ni que figure en el debate electoral.
Washington
tiende a encarar la relación con América latina como si fueran (se fossem) sus
propias comunidades latinas. Pero esas comunidades tienen dinámicas muy
diferentes a las de los países. El tiempo pasó, esta misma cumbre (cúpula) ha
sido reflejo de esos cambios (dessas mudanças) que Washington tomó como
concesiones suyas o (ou) retrocesos de sus posiciones y no como parte de los
procesos globales de reacomodos geopolíticos. No es necesario que Estados
Unidos acuerde con las posiciones de los países latinoamericanos, pero tiene
problemas para aceptar que la región construya sus planteos (suas propostas) sobre
la base de sus derechos y sus intereses y relacionarse a partir de allí.
Como resultado
de esa asintonía, Estados Unidos se desayuna en cada reunión con los cambios (se
deparam em cada reunião com as mudanças) que se han producido en la región que,
con pocas excepciones, se alejó (se distanciou) de la subordinación a control
remoto que caracterizó las décadas en que primó la idea de “patio trasero
(quintal)”. La escalada de Gran Bretaña en Malvinas, que también es un tema
regional, puso sobre la mesa un recuerdo más o (ou) menos reciente y poco grato
sobre cuáles son las prioridades reales de Estados Unidos más allá de las
palabras. También en Malvinas, Estados Unidos y Canadá quedaron (ficaram) enfrentados
al resto de la región.
Estados Unidos e Canadá ficaram praticamente isolados diante do tema
Venezuela
La
imposibilidad de que la cumbre (cúpula) produjera un documento de consenso y
debiera conformarse con el informe del anfitrión sobre “Prosperidad con
equidad, el desafío de la cooperación en las Américas” puso en evidencia las
rispideces (os atritos) y la falta de intereses comunes. Estados Unidos y
Canadá quedaron prácticamente aislados (ficaram praticamente isolados) en el
tema Venezuela. Pero también hubo (houve) muchas dificultades para ponerse de
acuerdo en otros puntos como la responsabilidad de los Estados en salud y
educación.
La cumbre se
celebra en la zona sur de la ciudad de Panamá. En la otra punta, en la entrada
al Puente de las Américas, hace algunos años estaba el barrio El Chorrillo, un
caserío humilde, con barracones de madera y calles (ruas) estrechas (tipo uma
favela), que fue incendiado por los bombarderos norteamericanos durante la
invasión de 1989. Se calcula que los norteamericanos masacraron a cerca de 600
civiles al entrar en El Chorrillo, un barrio que ya no existe.
A varias
cuadras de ese lugar, la delegación norteamericana expresó su sorpresa por el
rechazo unánime que había provocado su escalada contra Venezuela. Los
funcionarios se sorprendían de que se pensara (se pensasse) que el gobierno
norteamericano pudiera estar preparando una invasión a Venezuela. Seguramente a
los sobrevivientes de El Chorrillo no les causa ninguna sorpresa. Las
intervenciones norteamericanas en América latina siempre empiezan (começam) de
la misma forma, con operaciones desestabilizadoras en los países marcados,
después con una escalada declarativa a la que siguen sanciones económicas y,
cuando las agencias (de noticias) internacionales ya satanizaron a la víctima,
ponen en acción a sus fuerzas armadas. Otras veces han usado a las fuerzas
armadas locales en golpes de Estado sin necesidad de involucrar a las suyas (de
envolver as suas).
Estados Unidos se sorprende, pero
América latina ve la vaca y llora, porque ya se quemó con leche (um ditado
popular, tradução literal: vê a vaca e chora, porque já se queimou com leite;
seria equivalente ao nosso: gato escaldado tem medo de água fria). Durante la reunión de cancilleres, previa a la de los jefes de gobierno,
hubo (houve) foros de empresarios, de jóvenes, de rectores de universidades, de
la sociedad civil y el foro social. En el de la sociedad civil, al gobierno
anfitrión – probablemente el más cercano (o mais próximo) a los Estados Unidos –
se le ocurrió invitar (convidar) a grupos anticastristas y antichavistas, que
generaron un gran candombe (choque, conflito) al enfrentarse con los
representantes chavistas y de la Revolución Cubana.
Las agencias (de
noticias) internacionales venían preparando un escenario de desprestigio para
los gobiernos que podían encabezar la resistencia a las posiciones
norteamericanas. Se habló de Cuba y de Venezuela, pero también de Brasil o (ou)
Bolivia por “reprimir con la policía manifestaciones opositoras” o (ou)
Argentina “que llega con el asesinato de un fiscal que pocos días antes había
denunciado al gobierno”. Si la intención fue no dejar en soledad (sozinha) a la
Casa Blanca, el resultado no fue tan claro. A veces es mejor estar solo que mal
acompañado.
Uno de los líos
(choques) se produjo cuando los delegados cubanos que respaldan la revolución
se enfurecieron al percatarse de que en una de las mesas estaba Félix
Rodríguez, el cubano de la CIA que participó en el asesinato del Che en
Bolivia. Si hay sectores de la oposición cubana con alguna legitimidad,
seguramente no es Rodríguez, presentado como un luchador por la democracia pese
a que estuvo relacionado con la dictadura de Fulgencio Batista y, como agente
de la CIA, estuvo involucrado (esteve envolvido) en atentados terroristas fuera
de Cuba.
En el pleito
venezolano también hubo (houve) tensiones. Los antichavistas difundieron un
documento firmado por ex presidentes derechistas de la región, algunos bastante
desprestigiados. El firmante argentino era Eduardo Duhalde (outros exemplos: Álvaro
Uribe, da Colômbia, Sebastián Piñero, do Chile, Osvaldo Hurtado, do Equador). Los ex mandatarios reclamaban que en Venezuela se defiendan los derechos
humanos, algo que varios de ellos no hicieron (não fizeram) en su momento en
sus países. Estaban las esposas de los alcaldes (prefeitos) venezolanos presos
Leopoldo López (este, na verdade, é ex-prefeito) y Antonio Ledezma. En uno de
los actos se cruzaron con el Comité de Víctimas de las Guarimbas (por las que
está preso López – guarimba é como se chama na Venezuela as barricadas/bloqueios
de ruas, com atos violentos e franco-atiradores). Amnistía Internacional
responsabiliza al gobierno por los 43 muertos y más de 1.800 heridos que se
produjeron en esas barricadas convocadas por López para derrocar a un
presidente que unos meses antes había ganado las elecciones en forma
transparente. Sin embargo (No entanto), la mayoría de las víctimas son
chavistas, incluyendo a varios policías. “Las dos (duas) sufrimos por lo
mismo”, le dijo Lilian Tintori, la esposa de López, a una de las mujeres del
Comité, que le contestó (respondeu): “Pero hay una diferencia, su marido está
vivo mientras (enquanto) que al mío lo mataron en las guarimbas”.
La
imposibilidad de consenso en la Cumbre de Panamá demuestra que, a pesar de
Obama, a Estados Unidos le cuesta salir de la idea de “patio trasero” (deixar a
ideia de “quintal”) para aceptar que la región tenga sus propios planteos (tenha
suas própria propostas) y negociar los posibles acuerdos a partir de esas diferencias.
Esta imposibilidad tan puntual destaca también la relevancia de los organismos
regionales de integración que han surgido en esta década, desde el ALBA, hasta
el Mercosur, pasando por la Unasur y la Celac. A diferencia de la OEA y estas
cumbres, en la Celac están representados todos los países de América latina y
el Caribe, menos Estados Unidos y Canadá. Si no existieran (Se não existissem) estos
organismos, las dos (duas) potencias del Norte impondrían sus tesituras o (ou)
trabarían los consensos como ha sucedido históricamente. Quedará (Ficará) por
ver si esta situación se cristaliza como algo definitivo o (ou) si futuros
gobiernos pronorteamericanos inician el camino de regreso al sistema anterior
de patio trasero (de quintal).
Tradução (parcial): Jadson Oliveira
www.miguelrep.com.ar / www.miguelrep.blogspot.com - do Página/12, de 11/04/2015 (clicar na imagem para ver maior) |
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