Os cubanos com conexões à Internet e pagamento de subscrição poderão ter acesso ao serviço da Netflix (Foto: EFE/Página/12) |
A empresa norte-americana aproveita a aproximação
política entre Havana e Washington: diante das mudanças que se avizinham, um
grupo de intelectuais cubanos se pronunciou em defesa dos valores pátrios.
Entre as medidas acordadas com os Estados Unidos, figura a permissão para que
companhias de telecomunicações invistam na ilha.
Matéria do jornal argentino Página/12, edição impressa de hoje, dia 10 (em espanhol)
“Bienvenida Cuba, Netflix
is now available (Netflix está ahora disponible).” Con ese mensaje, la empresa
norteamericana de distribución de películas y series por Internet anunció que
comenzará a ofrecer sus servicios en la isla. Al mismo tiempo, un grupo de
intelectuales cubanos instó a defender los valores patrios ante los desafíos
que se presentan tras el anuncio de restablecimiento de relaciones con Estados
Unidos.
“Desde hoy, la gente de Cuba con conexiones a Internet y acceso a
métodos de pago internacionales podrán suscribirse a Netflix y ver de manera
instantánea una selección de películas y series de televisión populares”,
indicó la compañía, con sede en Los Gatos, California, en un comunicado
difundido ayer. Netflix se convierte en una de las primeras empresas
estadounidenses en aprovechar el acercamiento político entre La Habana y
Washington anunciado a fines del año pasado, después de haber mantenido
congelado todo tipo de contacto diplomático durante 50 años. El precio de
suscripción mensual mínima será de 7,99 dólares, el mismo monto que los
usuarios abonan actualmente en Estados Unidos.
Entre las medidas acordadas por ambos países figura el permiso para que
compañías estadounidenses de telecomunicaciones inviertan en la isla con el
objetivo de desarrollar la infraestructura de Internet y la aceptación del uso
de tarjetas de crédito en Cuba. “Estamos encantados de finalmente ser capaces
de ofrecer Netflix a la gente de Cuba, conectándolos con historias que
disfrutará todo el mundo”, señaló Reed Hasting, CEO de la compañía. “Cuba tiene
grandes cineastas y una cultura artística fuerte, y esperamos ser capaces un
día de llevar su trabajo a nuestra audiencia global de más de 57 millones de
miembros”, agregó el cofundador de Netflix. Una de las producciones propias más
exitosas de la empresa es House of Cards, serie cuyo argumento se centra en las
intrigas palaciegas de la política de Washington. Aunque el anuncio aún tiene
carácter simbólico, dado el escaso acceso actual de los cubanos a Internet de
banda ancha, Cuba se convirtió a partir de ayer en el octavo país
latinoamericano en tener acceso a este servicio de entretenimiento.
Por otro lado, el titular de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
(Uneac), Miguel Barnet, instó ayer a los intelectuales y artistas de la isla a
posicionarse como avanzada en la defensa de los símbolos patrios ante los
desafíos que aparecen en el horizonte tras el restablecimiento de las
relaciones diplomáticas con Estados Unidos. “Ante los desafíos que hoy se
presentan en el panorama social y político del país, nosotros, intelectuales y
artistas, estamos en el deber de erguirnos como vanguardia en la defensa de
nuestros valores”, subrayó Barnet en un artículo que publicó ayer el periódico
Granma.
El escritor consideró que no hacerlo sería correr el riesgo de “caminar
sobre escombros o hundirnos en el pantano de la dependencia colonial y la
mediocridad. Debemos indagar en la base de nuestra cultura y nuestras
tradiciones, conocer y apreciar nuestros símbolos patrios, en toda su riqueza y
diversidad, y no desdeñar la historia que nos ha dado el rostro que exhibimos
al mundo”, recalcó el novelista. “Defender lo nuestro no es anclarnos en un
pasado vetusto sino proyectarnos hacia la universalidad. Lo foráneo no es
siempre lo moderno, a veces es sólo lo pasajero. Identificar lo moderno con el
capitalismo consumista es un error de lesa cultura”, sentenció.
Asimismo, Barnet no descartó que aparezcan muchos obstáculos en el
camino porque, a su juicio, no hay que subestimar a la burocracia
norteamericana ni al conservadurismo republicano, que se muerden la cola. En
ese marco, manifestó que, en el panorama actual, el deber de los intelectuales
es contribuir con energía –ese antídoto contra el inmovilismo y la burocracia–
al establecimiento de las jerarquías y a la decantación del gusto estético.
“Para ello hay que educar, educar y educar, pero críticamente y con el fin de
que los que reciben el mensaje, lo compartan con la comunidad y con los
proyectos creativos que ella genera”, sostuvo.
Por otra parte insistió en que es necesario actuar en el presente con
una óptica crítica del pasado y con la convicción de encarar el futuro con
mayor lucidez y base intelectual, además de hacer un llamamiento a luchar
“contra el adocenamiento mental y la pérdida de valores autóctonos”.
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