Álvaro García Linera, o vice-presidente, na cerimônia de investidura de Evo Morales realizada no Parlamento boliviano (Foto: EFE/Página/12) |
Evo Morales assumiu um terceiro
mandato consecutivo na Bolívia depois de seu contundente triunfo em outubro
último: o líder aymara prometeu reduzir a pobreza extrema a um dígito, e recordou
que em 2005 era de 37% e agora é de 18,8%. Se pressente um restabelecimento de
relações entre o governo de Morales e o de Obama.
Por Sebastián Ochoa, de La Paz – do jornal argentino Página/12, edição impressa de ontem,
dia 23
O
presidente Evo Morales começou seu terceiro mandato consecutivo com dois dias
de festa, que incluíram uma cerimônia indígena e outra urbana com a participação
de convidados de governos e organizações sociais de 40 países. Após seu triunfo
nas eleições presidenciais de outubro último, com 61,3%, o líder aymara tem tudo
pronto para governar a Bolívia pelo menos até 2020. Disse que seguirá impulsionando
a construção de obras públicas em todo o país, amparado pelos enormes recursos
que deixam as empresas exploradoras de hidrocarbonetos (petróleo e gás) e
minerais a partir de sua assunção, em 2006. Mesmo que possivelmente o país seja
afetado pela queda dos preços do petróleo, o que Morales atribui a um complô
entre os Estados Unidos e Arábia Saudita para desestabilizar os governos da Rússia
e Venezuela. Como final feliz, se pressente um restabelecimento de relações
entre o governo de Morales e o de Barack Obama, que enviou uma comissão de
“alto nível” aos festejos transcorridos nesta cidade.
Continua
em espanhol:
Anteayer (Anteontem, quarta, dia 21), Morales realizó en Tiwanaku una
ceremonia de posesión presidencial acorde con los usos y costumbres de los
pueblos indígenas andinos. En el templo de Kalasasaya, ante la Puerta del Sol,
el presidente recibió dos bastones de mando de manos de amawtas, guías
espirituales de la cultura inca. Lucía un chu’ku, que es una gorra en cuya
frente llevaba una pieza de oro con el rostro de Wiracocha. Cubrió su cuerpo
con un unku, una prenda hecha de lana de vicuña, en cuyo pecho repetía la cara
de la deidad, también en oro. “Aquí no mandan los gringos, mandan los indios.
Ese es el orgullo que tenemos”, dijo desde allí Morales. Abajo, entre la
multitud, la comisión enviada por Obama aplaudía, aprendía a decir “jallalla” y
tomaba té de coca para contrarrestar los sufrimientos que causa el sorojchi.
“Estamos haciendo gestiones para tener un encuentro de alto nivel y,
además de esto, tenemos muchos deseos de reponer a nuestros embajadores. Lo
único que pedimos es que haya mucho respeto”, dijo Morales el lunes pasado, en
conferencia de prensa. Aprovechó para mandar un saludo a la “voluntad política”
de Obama por enviar representantes.
Entre ellos estaba el subsecretario de Estado para la Democracia,
Derechos Humanos y Trabajo de EE.UU., Tom Malinowski. “Le expresé al canciller
(David Choquehuanca) el gran respeto y admiración que nosotros tenemos en
Estados Unidos por el gran progreso y la inclusión social que se registra en
Bolivia”, dijo.
Desde 2008, Bolivia no tiene embajador en Estados Unidos y viceversa. En
septiembre de ese año, Evo Morales había acusado a la embajada del país del
Norte de tramar un golpe de Estado en su contra, por lo cual expulsó a su
representante, Philip Goldberg, y a la DEA, la agencia antidrogas
estadounidense. Como respuesta, Obama hizo lo mismo con su acreditado en
Washington, Gustavo Guzmán. Para dar otro golpe de frío a sus relaciones, en
2013 Bolivia expulsó de su territorio a la Usaid, la agencia de cooperación
para el desarrollo (desenvolvimento) del país del Norte.
Ahora, la Cancillería boliviana trabaja para lograr una reunión entre
ambos presidentes. Pese al intercambio de sonrisas, Morales acusó a EE.UU. de
estar detrás de la caída del precio del petróleo, cuyo barril se cotiza
actualmente a 48 dólares, cuando en 2008 costaba 147 dólares.
“La alianza entre Estados Unidos y Arabia Saudita hace rebajar el
petróleo para fines netamente geopolíticos”, dijo el presidente en alusión al
perjuicio que la brusca caída causa a las economías manejadas por Vladimir
Putin y Nicolás Maduro.
El venezolano fue uno de los siete presidentes que estuvieron en los
actos oficiales. También estuvieron la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff; de
Ecuador, Rafael Correa; de Paraguay, Horacio Cartes; de Costa Rica, Luis
Guillermo Solís; y de Trinidad y Tobago, Anthoni Carmona. Como representante de
la Argentina fue el vicepresidente, Amado Boudou. También había delegaciones de
Colombia, Perú y China, entre otras naciones que entregaron a Morales unos 50
regalos. Un grupo de la Argentina le dejó un cuadro con la figura del ex
presidente Néstor Kirchner, y otro con una imagen de la escuela de Salta donde
estudió el mandatario boliviano de 55 años.
Ayer, en el acto realizado en la Asamblea Legislativa Plurinacional, el
presidente se puso un traje como el que suelen usar los presidentes, aunque con
algunos motivos andinos. Allí, una vez más reiteró sus intenciones de recuperar
el mar para Bolivia.
“Hemos encaminado nuestra demanda hacia la Corte Internacional de
Justicia con solidez y consistencia. Nuestra demanda está bien encaminada. Por
historia, por justicia y por derecho, un día vamos a volver al océano Pacífico
con soberanía”, dijo Morales. La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, envió
en su representación al presidente de la Corte Suprema de ese país, Sergio
Muñoz.
Morales dio un informe de gestión que duró solamente 55 minutos. Mucho
menos que el de 2012, por ejemplo, cuando lo hizo en 4 horas y 45 minutos. Dijo
que era por “respeto” a los invitados de otros países.
Indicó que, entre 2005 y 2014, la inversión estatal subió en un 795 por
ciento, mayormente destinada a la construcción de caminos, escuelas, hospitales
y hasta canchas de césped sintético. También están las tres líneas de
teleférico que inauguró el año pasado en la ciudad de La Paz para mejorar
ostensiblemente el transporte público.
Agregó que continuará con la construcción de cuatro hospitales de cuarto
nivel, que todavía no hay en Bolivia. Y se asfaltarán carreteras para conectar
regiones de la Amazonía, aunque –dijo– ninguna pasará por medio del Territorio
Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), ante el rechazo de las
comunidades locales.
“Hacia 2020 vamos a reducir la extrema pobreza al dígito uno, al 8 o 9
por ciento. Vamos a cumplir y ya hemos aprendido en estos nueve años. No es
mucho problema”, aseguró. Y recordó que, en 2005, la extrema pobreza era del
37,2 por ciento, mientras que ahora es del 18,8 por ciento.
También realizará un referéndum para reestructurar al Organo Judicial,
por lo cual no se descuenta que la Constitución sea modificada antes de fin de
año. Para ello ya cuenta con dos tercios del total de parlamentarios.
Tradução
(parcial): Jadson Oliveira
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