Flores e mensagens para recordar os 43 estudantes desaparecidos na porta do Palácio Nacional da Cidade do México (Foto: Página/12) |
“Que se vão”, reclamou o bispo Raúl
Vera López em referencia aos crimes de Ayotzinapa: ele denunciou que “os que
estão destroçando o México” não querem entender que “as cidadãs e os cidadãos sempre
vamos reclamar que nós queremos ser parte da construção da história do bem e da
justiça”.
Por Washington Uranga, no jornal argentino Página/12, edição impressa de hoje, dia 14
“O que quer
este povo (mexicano) é que governem bem e se não querem governar bem, pois que
se vão”, disse Raúl Vera López, bispo católico de Saltillo, ao norte do México,
referindo-se aos governantes daquele país e falando ante sacerdotes e
seminaristas de sua diocese. Mencionando por seu nome o presidente Enrique Peña
Nieto, afirmou que o que querem “os maus governantes” é que “não vejamos, que
permaneçamos cegos ante seus malfeitos, e por isso dizem que quando reclamamos das
injustiças, estamos desestabilizando o país, que buscamos derrubar o governo”.
O bispo
denunciou que “os que estão destroçando o México” não querem entender que “as
cidadãs e os cidadãos sempre vamos reclamar que nós queremos ser parte da
construção da história do bem e da justiça”, que sabemos distinguir o bem do
mal, e “por esta razão nos querem calar quando reclamamos de suas injustiças,
sua corrupção e sua impunidade”.
Em direta
referência aos crimes cometidos em Ayotzinapa, Vera López disse que “alguns
quiseram que permanecêssemos cegos, que a gente acreditasse que tem que se resignar
à morte provocada por injustiças; quiseram ver um povo resignado a padecer diante
da impunidade, eles gostariam que não se destacasse a corrupção”.
Raúl Vera
López (69 anos) é engenheiro químico pela Universidade Autônoma do México,
filósofo e teólogo, sacerdote desde 1975, bispo desde 1987 e se distinguiu por seu trabalho com os camponeses
e habitantes das povoações marginalizadas. Dentro da Conferência Episcopal ocupou
desde 1994 um posto na Comissão Episcopal para a Paz em Chiapas, zona onde atua
o Exército Zapatista de Libertação Nacional (EZLN).
Continua em espanhol:
Ahora el obispo responsabilizó directamente al “Estado mexicano” por “la
impunidad en que se mantienen las acciones criminales de las desapariciones
forzadas de muchos ciudadanos”. Y en relación con lo acontecido en Ayotzinapa
dijo que “todo ha sido cometido bajo la luz pública” porque “a estos jóvenes
normalistas se los llevó la policía públicamente y la gente sabe que el
municipio con su autoridad principal, su alcalde, el cuerpo de seguridad
pública y todo lo que está al servicio de aquel municipio es parte del Estado
mexicano, pues el municipal es uno de los niveles que, junto con el estatal y
el federal, constituye los tres niveles del Estado mexicano. Desde el momento
en que el alcalde los pone bajo un mando suyo, se hace responsable de su
desaparición, y por lo tanto debe ser considerado como crimen de Estado”.
En su presentación, bajo el título “Basta ya”, el obispo dijo que “nos
quieren acallar cuando les reclamamos (a los gobernantes) sus injusticias, su
corrupción y su impunidad. ¿Qué solución van a dar?”, pregunta. Y él mismo se
responde: “Ya lo escuchamos en estos días en palabras del propio presidente
Peña Nieto: más represión todavía”.
En virtud de su actuación en la búsqueda de soluciones para la paz en
Chiapas, en 1995 Vera López fue designado obispo coadjutor de San Cristóbal de
la Casas (Chiapas), para trabajar junto al obispo diocesano de entonces, Samuel
Ruiz, un prelado caracterizado por su cercanía a la teología de la liberación
latinoamericana. Desde 1995 hasta la fecha Vera López es presidente del Centro
de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Chiapas), cargo que mantuvo
después de la muerte del obispo Ruiz y aun cuando fue trasladado como obispo
diocesano de Saltillo, en 1999. En esta última ciudad, Vera López creó el
Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios y se lo reconoce
como un activo defensor de las causas de los trabajadores, acompaña las luchas
de los movimientos sociales y en defensa de la biodiversidad. El obispo de
Saltillo ha recibido duras críticas de la derecha política y católica,
particularmente en los últimos tiempos por su trabajo pastoral con la comunidad
lésbico gay. En 2008 fue orador principal en Long Beach (Estados Unidos) en la
XV Conferencia Nacional de la Asociación Nacional de Ministerios Católicos
Diocesanos Lésbicos y Gays.
En otro pasaje de su presentación a raíz de los hechos de Ayotzinapa, el
obispo Vera López dijo que es importante que “se denuncie en este momento la
injusticia y la corrupción tan cínica que estamos evidenciando”. Porque
“resulta impresionante que esto haya comenzado por medio de unos jóvenes” a
quienes, subrayó, “no podemos dejar solos” y tampoco “olvidar a tantos jóvenes
que esperan un futuro mejor”. Continuando con su duro reclamo, Vera López se
preguntó si “¿vamos a dejar que la infancia de nuestro país viva en una nación
hecha polvo y a merced de unos corruptos? ¿Cómo vamos a dejar solas a estas
criaturas? Dios nos llama por medio de las personas más indefensas a restaurar
esta nación”, afirmó el obispo.
Refiriéndose a la propia Iglesia Católica y la Virgen, principal
devoción popular en México, el obispo sostuvo que “hoy María no admite
cobardías ni perezas, y mucho menos indolencias” y “no quiere pastores que
huyan y se escondan frente a los lobos o, peor todavía, que se asocien con los
lobos por medio del silencio cómplice ante la destrucción de su pueblo”.
Finalmente hizo un llamado a los católicos para que, “junto con tantas personas
de buena voluntad que pertenecen a otras confesiones y otros credos o, simplemente,
no adhieren a credo alguno, seamos quienes verdaderamente dictemos lo que debe
ser este país, de modo que toda injusticia, toda corrupción e impunidad, queden
superadas por una nueva organización patria, fundada en la fuerza de la
justicia y el derecho, y en el impulso suave del amor y la compasión hacia
nuestras hermanas y hermanos que están sufriendo”.
Tradução
(parcial): Jadson Oliveira
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