DRONES PARA VIGIAR MEXICANOS



Militantes denunciam o uso de drones para cometer assassinatos seletivos (Foto: Página/12)
Os Estados Unidos terão uma pista no Texas para aviões não tripulados: uma das funções dessas naves será continuar vigiando os imigrantes que cruzam o Rio Grande rumo ao norte. A decisão foi difundida no portal Defense Systems. O aeroporto ficará pronto em 2016.

Por Gustavo Veiga, no jornal argentino Página/12, edição impressa de hoje, dia 30

Nos Estados Unidos os drones pedem pista. A terão em 2016 graças a um contrato de 33 milhões de dólares. O exército pagará esta soma para que a multinacional SGS construa um aeroporto exclusivo para eles numa área do Forte Bliss, em El Paso, Texas. Não foi à toa que se escolheu essa zona fronteiriça com o México. Uma das funções dessas naves não tripuladas será continuar vigiando os imigrantes que cruzam o Rio Grande rumo ao norte. A decisão foi difundida este mês no portal Defense Systems e se dá nos marcos duma campanha de ativistas que se opõem a este tipo de tecnologia aeroespacial com fins bélicos.

O acordo entre o Corpo de Engenheiros de Forth Worth e o grupo empresarial que tem 80 mil empregados e 1.650 escritórios no mundo, permitirá que do aeródromo militar possam ser manobrados dois tipos de drones: o Grey Eagle e o modelo Shadow. O primeiro é o mais utilizado pelas forças armadas dos EUA. Tem 8,8 metros de largura e uma autonomia de voo de 30 horas. Também é o de maior tamanho entre estes aviões robotizados. O Shadow se lança com uma catapulta, seu comprimento é de 3,3 metros e pode voar até 6 horas. O Grey Eagle tem servido como arma de ataque no Iraque e Afeganistão; o segundo para fazer inteligência e vigilância.

O aeroporto, um dos poucos do seu tipo, contará com quase dois quilômetros de pistas, plataformas e um hangar de manutenção. “Levará um ano aproximadamente para terminar as obras. Planejamos a cerimônia do início da obra para 2015 e esperamos que esteja terminada em 2016”, declarou o tenente Lee Peters, porta-voz do Forte Bliss. A base será também um centro de treinamento no manejo desta tecnologia. A Associação Americana de Fabricantes de Drones (Auvsi) está de parabéns. Prevê a criação de 100 mil postos de trabalho nesta atividade tecnológica e 82 bilhões de dólares em faturamento durante 10 anos.

Os que não se saem bem nos Estados Unidos são os detratores da indústria. Fronteiras adentro, militantes que denunciaram o uso desta tecnologia para cometer assassinatos seletivos, foram parar na cadeia.

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El caso más emblemático es el de Mary Anne Grady Flores. Esta abuela de 58 años y que tiene tres nietos vive en Ithaca, Nueva York. Activista de la organización Upstate Drone Action fundada en 2010, se sumó a las protestas ante la base aérea de Hancock Field, vecina a Siracusa, desde donde se manejan a control remoto los aparatos no tripulados que sobrevuelan Afganistán. El juez David Gideon la condenó en julio pasado a un año de prisión y al pago de una multa de mil dólares. Es el mismo que le concedió una orden de restricción al coronel de la base, Earl Evans, quien argumentó en los tribunales que los manifestantes de Upstate eran un riesgo para su seguridad personal.

Ni siquiera una recomendación a su señoría del Departamento de Libertad Condicional, ni que el delito que se le imputaba a Grady Flores no merecía prisión, ni que tiene a su cargo el cuidado de su madre, torcieron la decisión de Gideon de enviarla a la cárcel de Jamesville, en Nueva York. La mujer le dijo al juez antes de que dictara sentencia: “La última perversión es la reversión de la verdadera víctima en este caso: ¿el coronel de una base militar cuyos drones asesinan a personas inocentes al otro lado del mundo o las personas inocentes que son las que realmente necesitan protección del terror de ataques de drones estadounidenses?”.

Más de un centenar de militantes fueron arrestados en los últimos cinco años durante la campaña contra la violencia teledirigida de estos aviones no tripulados. Marcos Colville es uno más. Lo detuvieron el 9 de diciembre de 2013. Acaban de dictarle un fallo adverso, pero no irá a la cárcel: un año de prisión condicional. Aunque nada es comparable a las víctimas fatales de los drones en Medio Oriente. En las guerras que ha llevado el imperio con sus socios europeos a esa región del planeta, se estima que “el daño colateral” entre civiles asciende al 32 por ciento. Un estudio de la New American Foundation de febrero de 2010 lo ubicaba en aquel porcentaje.

El contrato de SGS para el aeropuerto de drones es demasiado oneroso si se lo compara con los costos que podría demandar el uso de helicópteros. La razón, según especialistas, es que los aviones sin piloto requieren una tripulación en tierra de entre cinco y ocho personas para guiarlos. El uso civil que se les da a estos aparatos en Estados Unidos está propiciando un caos en el espacio aéreo. Pilotos y controladores de vuelos denunciaron desde el último 1º de junio unos 25 incidentes en los que se vieron involucradas estas naves no tripuladas.

Según la Administración Federal de Aviación de los EE.UU. (FAA), los nuevos datos revelan que los drones, sobre todo en despegues y aterrizajes en varios aeropuertos muy transitados, están amenazando la seguridad aérea. En el de La Guardia, en Nueva York, se comprobó que el pasado 30 de septiembre el vuelo 6230 de Republic Airlines fue “casi alcanzado” por un pequeño aparato que volaba a 1200 metros.

Con las naves no tripuladas de Fuerte Bliss se supone que no debería ocurrir lo mismo. “El aeropuerto será cercado y asegurado y todas las operaciones se efectuarán en un espacio aéreo restringido”, explicaba el artículo de Defense Systems. A esta política reservada del gobierno de Barack Obama, que intenta modificar en el final de su mandato la imagen belicista que cosechó, algunos teóricos la denominan light footprint o huella ligera en español. ¿Por qué? La nueva estrategia militar de EE.UU. consiste en emplear de manera masiva el uso de drones, fuerzas especiales y elementos de una ciberguerra. O sea, un modo de intervención más invisible, acaso más sutil desde el empleo de la tecnología. Como si el presidente de Estados Unidos no hubiera comprendido que ocultar las torturas y las cárceles clandestinas a la mirada de la sociedad norteamericana y del mundo ya no es posible. Podría decirse, incluso, que hasta inútil.

Tradução (parcial): Jadson Oliveira

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