Não foi fácil para Dilma encaixar as peças do quebra-cabeça duma dezena de partidos com os quais governará a partir de amnhã (Foto: Página/12) |
Diferentemente de 2011, Dilma
armou uma equipe cujo centro político se apoia em quadros do PT de sua maior
confiança: Miguel Rossetto, novo secretário da Presidência, foi um dos avais
de Dilma quando ela se filiou ao PT; José “Pepe” Vargas estará a cargo das Relações
Institucionais e Aloízio Mercadante continuará à frente da Casa Civil.
Por Darío Pignotti, de Brasília – no jornal
argentino Página/12, edição impressa
de hoje, dia 31
O Chimarrão
está na ordem do dia. A partir de amanhã quando a gaúcha (do estado do Rio
Grande do Sul, no sul brasileiro) por adoção Dilma Rousseff assumir seu segundo
mandato, em alguns dos gabinetes importantes do Palácio do Planalto a bebida
oficial será o mate, infusão à qual são adeptos Miguel Rossetto, novo secretário
geral da Presidência, e José “Pepe” Vargas, a cargo do Ministério das Relações
Institucionais, responsável pela relação com o Congresso.
A
designação de ambos foi realizada na segunda-feira, dia 29, pela mandatária no
Planalto, onde os integrantes da Guarda de Honra, os Dragões da Independência,
ensaiavam o cerimonial da investidura, na qual se espera a presença dos
presidentes Nicolás Maduro, da Venezuela, e o mandatário uruguaio (de saída) José
Mujica junto com seu sucessor, Tabaré Vázquez.
Também se
aguarda o vice-presidente norte-americano Joe Biden, que possivelmente voltará
a convidar Dilma para que realize uma visita de Estado a Washington, da qual
desistiu depois de revelada a espionagem da agência NSA contra a Petrobras.
Dilma, ela
também consumidora do mate brasileiro (com erva moída e “cebado en las
voluminosas cuias”), armou um ministério cujo centro político se apoia em quadros
do PT de sua maior confiança, diferentemente de 2011, após sua primeira eleição,
quando não havia tantos ministros dilmistas puros e sim vários lulistas.
Isto é assim
especialmente no caso de Miguel Rossetto, que foi um de seus avais quando Dilma
se filiou ao PT em 2001, depois de deixar o Partido Democrático Trabalhista
(PDT) do nacionalista Leonel Brizola, um ano antes de ser escolhida por Luiz
Inácio Lula da Silva como ministra das Minas e Energia.
O terceiro
braço da armadura dum governo que espera prováveis tempestades – disparadas pelo
escândalo na Petrobras e no ajuste econômico – é o atual e ratificado ministro
da Casa Civil, Aloízio Mercadante, tido como um dilmista de quatro costados.
Continua em espanhol (com
traduções pontuais):
Hombre determinante del próximo gabinete (ministério), Mercadante fue
candidato a vicepresidente de Lula en 1998, es doctor en Economía con una tesis
sobre el desarrollismo (desenvolvimentismo) en Brasil y se perfila como uno de
los presidenciables mejor posicionados para 2018. Esto si el dos (duas) veces
presidente Lula desiste de postularse nuevamente, una candidatura que sería
respaldada por el 101 por ciento de los petistas.
No fue fácil para Dilma encastrar las piezas del mecano (encaixar as
peças do quebra-cabeça) de una decena de partidos – desde el PC (PC do B) a
varios de extracción conservadora – con los que gobernará a partir de mañana,
cuando se sucederá a sí misma tras (após) la estrecha victoria en el ballotage (no
segundo turno) del 26 de octubre frente al socialdemócrata (PSDB) Aécio Neves.
Ayer (Ontem) por la noche, luego de (depois de) otro día de consultas
con los aliados, nombró a Juca Ferreira como ministro de Cultura, con lo que
aún resta conocer el nombre de 15 colaboradores que posiblemente sean
anunciados hoy. Recientemente, cuando ya era citado como candidato a la cartera
de Cultura, Juca Ferreira reivindicó la democratización de los medios de
comunicación.
“Durante la dictadura luchamos contra la censura del Estado y hoy
tenemos la censura del mercado, que es la censura a partir de los intereses de
los dueños de los grandes medios”, sentenció Ferreira, que posiblemente contará
con el apoyo del próximo ministro de Comunicaciones, Ricardo Berzoini, un
defensor de la regulación antimonopólica.
De los ministerios faltantes el más relevante es el de Relaciones
Exteriores, para el cual no hay ningún candidato seguro, aunque circulan los
nombres del tres veces canciller Celso Amorim (dos (duas) de las cuales con
Lula) y el actual embajador en Argentina, Everto Vieira Vargas, también gaúcho
y probable degustador de chimarrao.
Si Dilma ha tomado todo el tiempo necesario para escoger a la mayoría de
sus ministros, esto no fue así con el de Hacienda (não foi assim com o da
Fazenda), el ejecutivo del banco Bradesco Joaquim Levy, a quien le fue ofrecido
el cargo un mes después de las elecciones.
La premura (A pressa) fue una forma de aplacar las presiones del mercado
financiero urgido en impedir que Dilma escogiera algún economista desarrollista
(desenvolvimentista), afinado con la tradición del PT y de la propia
presidenta.
Con el nombramiento de Levy, que seguramente no leyó la tesis doctoral
de Aloízio Mercadante (y si lo hizo no comparte su perspectiva), banqueros y
especuladores recuperaron la calma, sólo por algunos días, porque en las
últimas semanas volvieron a presionar: ahora para que Petrobras, acosada por
denuncias de corrupción, sea administrada por algún gerente de compañías
privadas.
Joaquim Levy prometió un ajuste neoliberal, rechazado esta semana por el
secretario de asuntos sindicales del PT, Angelo Dagostino, para quien el futuro
funcionario (ministro) amenaza “precarizar” las relaciones entre asalariados y
patrones.
Dagostino fue una de las pocas voces que se pronunciaron explícitamente
contra Levy en el PT, donde la mayoría confiesa su disgusto de forma reservada
por entender que lo prioritario es apoyar al gobierno.
El PT anunció el envío de centenas de colectivos a Brasilia para
garantizar (para garantir) la presencia de militantes en la asunción de la
presidenta.
Ayer (Ontem) se ultimaban los preparativos para recibir a la caravana en
el estadio Nilson Nelson, junto al mundialista Mané Garrincha (estádio usado na
Copa do Mundo), donde se alojarán antes de partir hacia la Plaza de los Tres
Poderes, frente al Planalto.
A pesar del sol radiante de ayer (de ontem), los empleados del Planalto
instalaron un toldo en el parlatorio, desde donde Dilma hablará a la población
mañana en prevención de que haya una lluvia tan torrencial como la que se
abatió sobre Brasilia, durante algunas horas, el 1º de enero de 2011.
Mientras (Enquanto) los Dragones de la Independencia continuaban
marchando “izquierda, izquier... derecha, der”, los técnicos realizaban ajustes
en el equipo de sonido (no equipamento de som) para lo cual se utilizó un CD de
Madonna, que seguramente no volverá a escucharse mañana cuando se propalará el
Himno Nacional de ese país.
Tradução
(parcial): Jadson Oliveira
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