A presidenta mantém a estratégia de remar contra a corrente (Foto: EFE/Página/12) |
A campanha de medo da direita
impacta sobre as mudanças propostas por Bachelet: ela pediu apoio da cidadania
devido à dificuldade do governo para instalar um discurso capaz de mostrar os
aspectos positivos das leis sobre as reformas da educação e tributária.
Por Christian
Palma, de Santiago – no jornal argentino Página/12, edição impressa de
22/12/2014
No último
dia 3 foram ativados todos os sinais de alarme no Palácio de La Moneda. Nesse dia,
o influente instituto de pesquisa Centro de Estudos Públicos, o temido ou amado
CEP, deixou claro que a presidenta Michelle Bachelet estava diante de seu pior
momento quanto à popularidade, inclusive com índices abaixo dos piores
resultados durante seu primeiro período em que governou o Chile.
Segundo o
CEP, a aprovação da chefe de Estado caiu 12 pontos, ficando em 38%, enquanto
que a reprovação chegou a 43%, avançando 14 unidades e convertendo-se na pior avaliação
desde novembro de 2007, quando tinha chegado a 39%.
A crise do
transporte com inéditas e reiteradas falhas no metrô de Santiago (que se somam
ao ainda não resolvido Transantiago, o péssimo sistema de transporte da capital
e que continua gerando insatisfação), um cenário econômico interno e externo
desfavorável, e um gabinete ministerial pouco conhecido com um discurso fraco,
sem paixão e menos convencimento, reduziram o capital mais poderoso da médica
socialista (do Partido Socialista): o apoio cidadão.
Além
disso, deve-se adicionar – no que parece ser a razão principal desta queda – o
pacote de reformas que a presidenta leva adiante, principalmente mudanças nas
leis tributárias e da educação. Graças à imperícia de seus executores e
porta-vozes para instalar um discurso capaz de mostrar o positivo destas
modificações (que sucumbiram diante da campanha de terror levada à frente pela
direita e pelos empresários para frustrar qualquer tipo de mudança), finalmente
se converteram num sinal negativo que a cidadania não entende bem e que geram mais
dúvidas do que certezas a respeito do futuro educacional, econômico e político
do país.
Continua em espanhol (com
traduções pontuais):
Desde la última CEP ya han transcurrido varias semanas, pero el tema
sigue dando vueltas, mientras (enquanto) se espera un cambio de gabinete (uma
mudança de ministério) que no llega y un discurso que ponga en línea otra vez a
todos los que votaron por ella, confiando en sus reformas, pero que ahora se
muestran arrepentidos dado lo nebuloso del panorama dibujado (desenhado) desde
La Moneda. De hecho, el 48 por ciento de los encuestados en la CEP aseveró que
la jefa de Estado le inspira “confianza”, ocho puntos menos que hace seis
meses.
En este escenario, Mahmud Aleuy, el avezado (o experimentado) subsecretario
del Interior del gobierno de Bachelet, en una entrevista en el diario (jornal) más
a la derecha en Chile, El Mercurio, desdramatizó la caída en la popularidad de
la doctora socialista y de su gobierno, atribuyéndola en parte a las
dificultades propias de hacer “modificaciones profundas” en una sociedad.
Discurso que desde hace unas semanas intenta imponer La Moneda con dispar
éxito.
“Los procesos complejos requieren tiempo, y en eso la presidenta ha sido
extremadamente clara: lo que nosotros tenemos que hacer es darle certeza a la
sociedad, y ése es el trabajo que estamos haciendo. Tenemos que hacer las cosas
mejor, porque efectivamente el desafío político que significa instalar reformas
profundas en un país requiere de acuerdos muy amplios”, dijo en la entrevista.
El experimentado político, no obstante, reconoce las dificultades que ha
tenido el gobierno para instalar un relato potente. “Implementar políticas
públicas consistentes para que Chile se desarrolle requiere mucha capacidad, y
parte de esa capacidad es convencer a un número muy grande de actores de que
eso es necesario. Y en eso obvio que hay problemas; es evidente que va a haber
problemas”, añadió.
Con respecto a la tarea de la derecha a la hora de menoscabar y
confundir a la opinión pública, el también militante del Partido Socialista
aseguró que el mayor problema que tiene es “que es espasmódica”, es decir, que
“transforma en show problemas que son sustantivos para el desarrollo de Chile”.
“Nadie (Ninguém) se puede poner nervioso, ni histérico, ni salir de las
conductas normales en las relaciones políticas porque hay una dificultad. La
gente que frente a cada dificultad arma un show, o (ou) tiene una reacción
inadecuada, tiene que dedicarse a otra cosa”, sostuvo.
Asimismo rechazó los “recados” que planean sobre La Moneda en relación
con un cambio de gabinete (uma mudança de ministério). “Lo que corresponde es
que la presidenta tome una decisión; y la coalición, la responsabilidad que
tiene es de esperar esa decisión, porque ésa es atribución de ella”, sentenció.
Además, Aleuy rechazó las críticas a la falta de conducción política que
se han escuchado tras los últimos comités políticos con los presidentes de los
partidos de la Nueva Mayoría.
“Si tú tienes reacciones histéricas y espasmódicas frente a cada
dificultad que existe, obvio que haces declaraciones imprudentes. Así como en
política no hay que ser histérico, hay que ser prudente. Y vuelvo a la UDI (União
Democrática Independente) (el más pinochetista de los partidos de derecha en
Chile). Una parte de la UDI tiene un problema. No puede hacer una política para
autodestruirse, que la UDI se autodestruya no es bueno para el país, porque es
parte de la oposición”, concluyó.
Habrá que esperar ahora cómo resultan los sondeos y si el próximo año
viene acompañado de un cambio de gabinete. También es una incógnita lo que hará
Bachelet: si mantiene esta estrategia de seguir remando contra la corriente o (ou)
mueve algunas piezas para repuntar (reagir) en las encuestas. En el palacio se
dice que no las leen; pero si la popularidad sigue cayendo, el nerviosismo
aumentará al doble.
Por ahora, todo el gobierno se ha desplegado en el terreno para
explicar, de mejor manera, las reformas; se han hecho inversiones (investimentos)
potentes en transporte y anunciado estrategias económicas que deberían mejorar
la imagen del gobierno.
De no cambiar la percepción de la gente y mejorar las expectativas,
Bachelet entregará, una vez más, el gobierno a la derecha, tal como lo hizo en
marzo de 2010 a Sebastián Piñera, paradójicamente, cuando se fue con un 80 por
ciento de aprobación ciudadana. Piñera soterradamente ya se está candidateando.
Cada vez que puede critica la gestión de Bachelet desde todos los ángulos.
Faltan tres años para las nuevas elecciones, pero en Chile la carrera (a
corrida) presidencial parte el mismo día que el nuevo mandatario se pone la
banda tricolor (recebe a faixa
presidencial).
Tradução
(parcial): Jadson Oliveira
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