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| O enfrentamento com a polícia na avenida principal de Acapulco deixou vários manifestantes feridos (Foto: AFP/Página/12) |
A sociedade protesta pelos 43 normalistas
de Ayotzinapa, que foram atacados por policiais e narcotraficantes: estudantes e
familiares dos desaparecidos bloquearam durante pouco mais de três horas os acessos
ao aeroporto internacional de Acapulco. A viagem
do presidente Peña Nieto gerou indignação por sua falta de sensibilidade.
Por Gerardo Albarrán de Alba, da Cidade do México, no jornal argentino Página/12, edição impressa de hoje, dia
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Enquanto o presidente Enrique Peña Nieto inicia um giro pela China e Austrália, a indignação no México não cessa. Nada consegue acalmar uma sociedade ferida: nem a prisão do ex-prefeito de Iguala, a quem se atribui a autoria intelectual do desaparecimento forçado e, aparentemente, o assassinato de um total de 46 estudantes normalistas de Ayotzinapa; nem a queda do governador do estado, Angel Aguirre Rivero, substituído por um acadêmico que foi secretário geral da Universidade Autônoma de Guerrero; nem muito menos o anúncio do achado de restos mortais incinerados que poderiam corresponder aos 43 estudantes desaparecidos.
As mobilizações por todo o país não cessam. Na tarde de ontem, normalistas e familiares dos 43 estudantes desaparecidos bloquearam durante pouco mais de três horas os acessos ao aeroporto internacional de Acapulco, numa ocupação simbólica que resultou no cancelamento e atraso duma dúzia de voos. Pela manhã, 16 policiais estatais (da Polícia Federal – PF) ficaram feridos num enfrentamento com normalistas e professores, na tentativa de contê-los para que não chegassem ao aeroporto. Uns 500 integrantes da Polícia Federal formaram um muro que abriram depois de negociados os critérios do protesto. A condição foi não ingressar no aeroporto, ainda que se permitisse fechar entradas e saídas.
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| (Foto: desta terça do Twitter do jornal La Jornada) |
O enfrentamento na manhã de ontem com a polícia estatal (PF) na avenida principal de Acapulco deixou também feridos vários manifestantes, embora até o fechamento desta edição não se pudesse precisar números.
Continua em espanhol (com traduções pontuais):
En medio de esta crisis política, lo que empieza (começa) a ser una constante son los actos de provocación alrededor de las manifestaciones pacíficas, particularmente en la capital del país. Alguien juega con fuego en México. Las tres últimas movilizaciones – en las que en total han participado cerca de 250 mil personas, la mayoría estudiantes de los principales centros de educación superior del país – han sufrido embates de personas ajenas (alheias ao movimento - provodadores) que han provocado disturbios. Primero, incendiando camiones del sistema Metrobús, en las inmediaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, y la última con el incendio de la puerta principal de Palacio Nacional, en el zócalo (praça central) de la capital del país, mientras (enquanto) que casi al mismo tiempo otros hacían lo mismo con el acceso al Palacio de Gobierno de Guerrero, en Chilpancingo. En todos los casos ha habido detenciones arbitrarias por parte de la policía, incluyendo a menores de edad.
Tras el fuego en el portal de Palacio Nacional, provocado con bombas molotov, Peña Nieto aprovechó una escala en Alaska para condenar esos “actos de violencia” y alegar que la sociedad mexicana “dice no a la violencia; decimos sí a la justicia, al orden, a la armonía, a la tranquilidad; decimos sí a la aplicación de la justicia ante estos hechos atroces y abominables”. De paso, justificó el viaje internacional en el que se encuentra ahora mismo, pese al clamor porque permaneciera en el país atendiendo la grave crisis de derechos humanos que se ha transformado ya en una severa crisis política que el propio Peña Nieto no ha sabido encarar, según algunos analistas, incluso simpatizantes del régimen priísta (priista, do PRI – Partido (governista) Revolucionário Institucional), pero que a estas alturas empiezan (começam) a ver con preocupación la falta de recursos políticos del presidente.
De hecho (De fato), la revelación de la PGR (Procuradoria Geral da República) sobre el asesinato masivo en el basurero (lixão, aterro) municipal de Cocula, a menos de 20 kilómetros al sudoeste de Iguala, donde los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa fueron víctimas de desaparición forzada, se hizo en vísperas del viaje de Peña Nieto a China, para participar en la cumbre (reunião de cúpula) del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), y una rápida visita a Australia para participar en la cumbre del Grupo de los Veinte (G-20), como para despresurizar la creciente atención internacional en la crisis de derechos humanos que azota a México.
Lejos de eso (Longe disso), la indignación aumentó con un viaje que simboliza la falta de sensibilidad y capacidad política para enfrentar la crisis. Un botón de muestra (Um sinal dessa indignação) son las expresiones espontáneas del público y artistas en conciertos, obras de teatro y exposiciones. Uno de los grupos más activos ha sido Café Tacvba, cuyo vocalista, Rubén Albarrán, incluso ha participado como orador en uno de los primeros mitines que cobijaron (inclusive participou como orador de um dos primeiros protestos que reuniram) a los padres de los 43 normalistas desaparecidos. El sábado pasado, León Larregui, vocalista del grupo Zoe, estalló ante 40 mil espectadores en el Foro Sol: “¿Qué más tenemos que aguantar para decir basta? El país está secuestrado por una pandilla (quadrilha) de neandertales, ladrones y asesinos. ¿En qué país quieres vivir tú: en el que el simple hecho de exigir tu derecho a una vida digna y justa signifique que te van a desaparecer y a matar? ¿Qué chingada madre es eso?”, dijo el cantante (disse o cantor), entre aplausos y gritos de repudio a Peña Nieto. El vocalista de Zoe fue detenido al finalizar el concierto, según reportó él mismo en su cuenta de Twitter. Mientras (Enquanto isso), a menos de siete kilómetros de ahí, ardía el portal de Palacio Nacional.
Tradução (parcial): Jadson Oliveira
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