(Foto: Página/12) |
O freio que já dura um ano: a discussão nas Malvinas Argentinas (município da província de Córdoba) potencializou mobilizações contra o uso de agroquímicos. Há um ano, uma mobilização social impede a instalação duma fábrica de sementes transgênicas. Para festejar a façanha, foi programado para esta sexta-feira, dia 19, um festival, além de outras atividades. Se reivindica um plebiscito para definir o futuro do empreendimento.
Por Darío Aranda, no jornal argentino Página/12, edição de ontem, dia 19
Na
localidade cordobesa (de Córdoba) de Malvinas Argentinas haverá celebração,
promete ser massiva e tem um motivo principal: há um ano conseguiram frear a
ação da Monsanto, a maior empresa de agronegócios do mundo. Nos últimos 12
meses houve marchas, campanhas informativas, assembleias, a Justiça deteve a
construção da planta; o governo provincial (estadual) rechaçou o estudo de
impacto ambiental; três universidades nacionais questionaram a empresa; a polícia
e pistoleiros executaram meia dezena de repressões sobre a população e uma
pesquisa confirma o repúdio da população à instalação da Monsanto em Córdoba. Hoje
(sexta, dia 19) haverá um festival de música e feira de alimentos sadios em
comemoração ao tropeço da maior empresa transgênica do mundo.
A Monsanto controla 86% das sementes transgênicas do mundo e é o exemplo maior do modelo de agronegócios. Em junho de 2012 anunciou a construção de sua maior planta na América Latina de sementes de milho transgênico nas Malvinas Argentinas, num prédio de 30 hectares. A população tomou conhecimento pela televisão de que teria como vizinha uma das empresas mais denunciadas do mundo, que instalaria 240 enormes silos no bairro e processaria milhões de toneladas de milho por ano. Nascia a Assembleia de Moradores Malvinas Luta pela Vida.
Os moradores solicitaram informação, porém elas nunca chegaram. E começaram a pedir explicações ao município (prefeito Daniel Arzani, UCR – partido União Cívica Radical), à província/estado (José Manuel de la Sota, PJ – Partido Justicialista/peronista) e ao governo federal. Tampouco obtiveram resposta. Iniciaram as marchas (manifestações de rua) e protestos com dois pontos principais: um estudo de impacto ambiental e uma votação para que a população decidisse. Todas as autoridades rechaçaram a possibilidade de um plebiscito.
Desde que começou a mobilização nas Malvinas Argentinas, vieram seis repressões (com mais de 20 feridos, sempre entre os moradores), realizadas pela polícia provincial/estadual, apaniguados políticos e gangues/pistoleiros da Uocra (entidade sindical – União Operária da Construção da República Argentina).
Na semana passada foi divulgada uma nova pesquisa, realizada pela Conicet a pedido da ONG internacional Avaaz. Nove de cada 10 habitantes estão a favor de se realizar um plebiscito e 65% votariam contra a instalação da Monsanto.
Continua em espanhol:
Gastón Mazzalay, de la Asamblea de Malvinas, afirmó que el balance de la lucha es “positivo porque se logró frenar la construcción y se dejaron en evidencia todas las irregularidades en las autorizaciones para Monsanto”. Mazzalay aclaró que “aún falta” para le erradicación definitiva de la empresa, explicó que recién están comenzando a dimensionar la repercusión de su lucha (suelen (costumam) visitarlos periodistas (jornalistas) y activistas de todo el mundo) y apuntó al poder político: “La única forma de que Monsanto se instale es si el gobernador viola la ley”. Se refiere a la ley provincial 9841, de Uso de suelos, que estipula que plantas como la de la multinacional deben radicarse en zonas industriales (no es el caso del predio de Malvinas Argentinas).
En enero (janeiro) pasado, la Cámara del Trabajo detuvo la construcción de la planta solicitado en un amparo de la Asamblea de Malvinas. El fallo (A decisão/sentença) declaró la arbitrariedad y la inconstitucionalidad de las ordenanzas de la municipalidad y la provincia que habían posibilitado el inicio de la obra. En febrero (fevereiro), la Secretaría de Ambiente rechazó el estudio de impacto ambiental de Monsanto por grandes carencias técnicas. Entre ellos, no mencionaba cómo se tratarían los desechos (dejetos) ni el gran consumo de agua. Sin embargo, la provincia dejó abierta la posibilidad de una segunda presentación.
La discusión sobre Monsanto potenció denuncias y movilizaciones en Córdoba respecto del uso masivo de agroquímicos, los desmontes, las sequías (secas) y la especulación inmobiliaria. Se sucedieron marchas con gran convocatoria, como nunca antes por el extractivismo y exigieron la “emergencia ambiental” en la provincia. En Río Cuarto (donde Monsanto planeaba instalar una planta experimental), la acción de organizaciones sociales y la UNRC motivaron los cuestionamientos de buena parte de la sociedad. El intendente (prefeito), Juan Jure, prohibió por decreto la instalación de Monsanto.
Sofía Gatica, de la organización Madres del Barrio Ituzaingó de Córdoba, explicó que son muchos los que han contribuido al freno (freio) a Monsanto en Malvinas Argentinas, reivindicó (defendeu) el papel de los “autoconvocados” del acampe, resaltó que “es el pueblo el que está frenando (freando) a esta multinacional genocida” y dejó un aviso, extensivo para otros casos: “Multinacionales y gobiernos tienen que entender que las comunidades locales no quieren un modelo que contamina, enferma y mata”.
Tres universidades nacionales rechazaron la planta. En documentos separados, la Universidad Católica, la de Río Cuarto (UNRC) y la de Córdoba (UC) cuestionan que se hubiera permitido la obra sin la previa evaluación de impacto ambiental, como establece la Ley General del Ambiente (25.675), y tampoco se cumplió con las audiencias públicas que insta la ley. Las tres universidades nacionales también explicitaron la vigencia del “principio precautorio” (cuando haya riesgo de afectar el ambiente y la salud, se deben tomar medidas protectoras que pueden provocar – evitar(?) - esa afectación).
En abril de 2013, la UC, la Universidad Católica y el Conicet realizaron una encuesta (pesquisa) sobre 350 personas de Malvinas Argentinas. Nueve de cada diez (87 por ciento) se mostraron a favor de que se realice una consulta popular en la localidad y el 58 por ciento explicitó que rechazaba la instalación de Monsanto.
Tradução (parcial): Jadson Oliveira
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