Suárez (antes do jogo da mordida fatal) comemorando o gol da vitória uruguaia contra a Inglaterra (Foto: Daniel Garcia/AFP) |
O Professor Tabárez, técnico da
seleção do Uruguai, utilizou a entrevista coletiva à imprensa para fazer um
discurso em defesa do craque Luis Suárez, punido pela mordida que deu num
adversário. O técnico acusou a FIFA de usá-lo como “bode expiatório”. Além
disso, Tabárez assegurou que renunciará ao cargo que tem na entidade por
compartilhar “outros valores”.
Matéria do jornal argentino Página/12, edição de hoje, dia 28, com
o título “Heridos, pero con rebeldía” (Feridos, porém com rebeldia)
Sesenta y cuatro años después del Maracanazo, Uruguay volverá hoy al
estadio que más gloria le dio en el fútbol, conmocionado por la sanción a su
máxima estrella, Luis Suárez, pero con una “enorme rebeldía”, de acuerdo con
las propias palabras del seleccionador celeste, Oscar Washington Tabárez.
“Estamos heridos, pero con una fuerza terrible y una enorme rebeldía,
por tanto más que nunca para el partido de mañana (por hoy), ¡vamos que
vamos!”, arengó el técnico uruguayo al cierre del discurso en el que convirtió
la rueda de prensa previa al duelo de octavos de final ante Colombia en Río de
Janeiro.
Con semblante serio, en ocasiones incluso emocionado, el técnico
admitió, en una sala repleta de periodistas, que esperaba la sanción a Suárez,
pero que la considera de una “excesiva severidad” y fruto de la “artillería
mediática” de la prensa británica. Tabárez, que no admitió preguntas ni habló
del compromiso de hoy ante Colombia, anunció su decisión de renunciar a su
cargo como miembro de la comisión de estrategia de la FIFA, organización a la
que acusó de utilizar al goleador uruguayo como “chivo expiatorio”.
O Professor Tabárez admitiu que esperava a punição a Suárez, mas não com tanta severidade (Foto: Página/12) |
“No es prudente coincidir en una organización con personas que
presionaron para promover este fallo y con las que lo sancionaron, que manejan
criterios y valores muy diferentes de los que yo pienso tener”, señaló Tabárez,
que al término de su alocución de 15 minutos recibió el aplauso de una parte de
los presentes en la sala de prensa del Maracaná.
Suárez fue castigado el jueves con una suspensión de nueve partidos con
su selección y cuatro meses de inhabilitación por morder al italiano Giorgio
Chiellini durante el partido que ambas selecciones disputaron por el Grupo B.
Expulsado del torneo, el delantero del Liverpool voló en la noche del jueves al
viernes de Natal a Montevideo para refugiarse en casa de su madre, en una zona
costera en las afueras de la capital uruguaya.
Por primera vez, Suárez se dejó ver ayer al salir a saludar al balcón,
con sus dos hijos en brazos, a los hinchas y vecinos congregados frente a la
residencia para apoyarlo. “Estamos muy cansados, no dormimos en toda la noche.
Estamos muy doloridos por todo este tema”, dijo durante un reportaje radial el
padre del jugador, Rodolfo Suárez, quien recibió al futbolista en Montevideo.
Uno de los pocos que lograron conversar con el delantero fue el
presidente del país, José Mujica, quien atacó con duras palabras a la FIFA, de
la que dijo que “se puso dura, porque Uruguay es una nación chiquita y por eso
les sale barata”. Para el mandatario, la sanción a Suárez fue “una monstruosa
agresión, no sólo a un hombre, (sino también) a un país”.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, justificó ayer el
castigo y recomendó al jugador que se someta a un tratamiento psicológico.
“Tiene que encontrar un camino para dejar de hacer este tipo de cosas. Tendría
que tratarse”, instó el francés. “No es la primera vez, y cuando esto vuelve a
pasar, es más que un suceso aislado”, justificó Valcke. El número dos de la
FIFA, además, reconoció que la comisión de disciplina examinó los antecedentes
de Suárez, que en Europa ya mordió en otras dos ocasiones a rivales.
Mientras tanto, los hinchas uruguayos (Enquanto isso, os torcedores uruguaios) confían en que el castigo sirva de
motivación a sus jugadores ante el duelo en el Maracaná, al que la Celeste
vuelve por primera vez en un Mundial después de ganar allí en 1950 su segundo y
hasta ahora último título, al derrotar por 2-1 al anfitrión.
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