Durante a campanha afloraram denúncias de ataques a meios de comunicação, espionagem e subornos (Foto: AFP/Página/12) |
A votação de amanhã, domingo,
segundo pesquisas, se divide igualmente entre os três principais candidatos,
todos do campo da direita: o governista empresário têxtil José Domingo Arias enfrenta
o social-democrata Juan Carlos Navarro e o candidato da Opus Dei, Juan Carlos
Varela. Os analistas não preveem mudanças na política econômica.
Matéria do jornal argentino Página/12, edição de hoje, dia 3
As pesquisas
vaticinam um empate entre o governista José Domingo Arias, o social-democrata
Juan Carlos Navarro e o centrista Juan Carlos Varela, candidatos presidenciais nas
eleições de amanhã no Panamá. Uma pesquisa realizada pelo instituto Quantix
Panamá, com 2930 entrevistados, indicou que os indecisos representam 12,4% dos
votantes, mas definirão o resultado do pleito. Arias, do partido Cambio
Democrático (CD – Mudança Democrática), leva como vice Marta Linares – esposa do
atual presidente, o direitista Ricardo Martinelli; o opositor Navarro, do
Partido Revolucionário Democrático (PRD), propõe o combate à corrupção; um ponto
no qual concorda com Varela, ex-vice-presidente de Martinelli, do Partido
Panamenho (PP). Os três têm nas sondagens uma intenção de voto de pouco mais de
30%.
Mais abaixo
nas pesquisas figuram o líder da esquerdista Frente Ampla pela Democracia
(FAD), Genaro López, e os candidatos independentes, o economista Juan Jované, da
esquerda moderada, o rodoviário Esteban Rodríguez e o comunicador Gerardo
Barroso.
Arias é um
economista de 50 anos e empresário têxtil de roupa íntima feminina que promete mudanças,
apesar dos seus adversários o classificarem de títere do seu mentor político,
Martinelli. Ministro da Moradia e vice-ministro do Comércio Exterior do governo
de Martinelli, Arias é a cartada do CD para continuar no poder, num país que
nunca repetiu o partido no governo desde o retorno à democracia, após a invasão
estadunidense de 1989.
Continua
em espanhol:
Por su parte, Navarro hizo campaña prometiendo un gobierno de mano dura
(governo de mão de ferro, de jogo duro). El político, de 52 años y
perteneciente a una familia vinculada con el capital financiero, aseguró que la
“mano dura” caerá sobre los precios altos de la comida, los corruptos en el
gobierno y los delincuentes, incluidos adolescentes, que serán “juzgados como
adultos” cuando cometan crímenes. Navarro confía en el apoyo de las capas
medias (camadas da classe média), productores agrícolas, indígenas y sectores
capitalistas. De hecho acusó al gobierno de violaciones a la Constitución y
refutó a Martinelli, quien lo acusó de ser un “vago (preguiçoso), desesperado y
corrupto”. El programa de gobierno del PRD fue acogido por una fracción del
partido Molirena, de tendencia liberal, y del Movimiento Nueva República,
integrado por ex militantes de la Cruzada Civilista, que en 1989 ayudaron a
derrocar al régimen de Manuel Noriega, capturado por tropas estadounidenses en
1990.
En tanto, Varela, próspero fabricante de ron y ferviente católico de 50
años, es al mismo tiempo vicepresidente y adversario de Martinelli. Durante su
campaña aseguró que será un presidente con la “firmeza” del ex mandatario colombiano
Alvaro Uribe y el “corazón” de la presidenta chilena, Michelle Bachelet. Es un
colaborador del Opus Dei y admirador del papa Juan Pablo II. “Su fe logró
cambiar (mudar) el mundo. Sólo soy un colaborador (del Opus), soy un pecador”,
confesó este ingeniero industrial egresado del Instituto Tecnológico de Georgia
(Estados Unidos).
En la carrera hacia el (Na corrida rumo ao) poder afloraron denuncias de ataques a
medios (de comunicação), espionaje y sobornos, lo que motivó a la Iglesia
Católica a proponer la firma de un Pacto Etico Electoral. La Iglesia reprochó,
además, el esquema de clientelismo político, fundamentado en el reparto de
jamones (presuntos, alimentos) y dinero en barrios pobres, para captar votos.
El magistrado presidente del Tribunal Electoral (TE), Erasmo Pinilla, aclaró
sin embargo (no entanto) que en los últimos 23 años hay una “inestimable cuota
de paz nacional”, debido a mecanismos que aseguran la democracia.
Ningún ciudadano podrá portar armas en los recintos donde estarán las
6330 mesas de votación en todo el país. En ese sentido, la Misión de
Observación Electoral (MOE) de la Organización de los Estados Americanos (OEA)
desplegó a 56 observadores. Pinilla asumió el mando de la Fuerza Pública de
Panamá para garantizar la transparencia de los comicios (das eleições). Sostuvo
que se equivocan quienes creen que pueden alterar la votación. Una ley seca
prohíbe la venta y consumo de licor (bebida alcoólica) y fueron dictadas normas
contra la coacción de electores.
El sociólogo Marco Gandásegui, director del Centro de Estudios
Latinoamericanos (CELA), señaló que el derecho al sufragio será ejercido dentro
de un modelo neoliberal. Estimó que si gana cualquiera de los tres candidatos
con mayores opciones no habrá cambios (não haverá mudanças) en la política
económica de Panamá, donde hay un crecimiento del siete por ciento (7%) en el
Producto Interno Bruto (PIB), pero también brechas (diferenças) sociales
profundas y exclusión. El oficialismo (As forças governistas) intenta convencer
al electorado de la bonanza vinculada con megaproyectos como el Metro (Metrô) de
Panamá y la Cadena de Frío – promovido por el gobierno de Martinelli para el
almacenamiento (armazenamento) y distribución de alimentos –, mientras (enquanto)
que la oposición advierte de los sobrecostos.
Tradução:
Jadson Oliveira
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