Olívio Dutra (Foto: ACJM-RS) |
Por Alexandre Haubrich, reproduzido do site Jornalismo B, de 25/04/2014
O ex-governador do Rio Grande do Sul Olívio Dutra (PT) participou na manhã
da sexta-feira da gravação de um CD com poemas do herói da
independência cubana José Martí. Olívio declamou dois poemas de Martí,
que farão parte do projeto José Martí en Canto, conduzido pela Associação Cultural José Martí – RS (ACJM).
Os poemas
gravados pelo ex-governador foram “Banquete de Tiranos” e “Noche de
Mayo”. O primeiro deles já foi musicado por Pablo Milanés, e está
disponível no vídeo abaixo.
O trabalho
traz poemas de José Martí musicados pelos brasileiros Mário Falcão,
Pablo Lanzoni, Ana Lonardi, Cláudio Sander, Gionvani Berti, Ricardo
Arenhaldt, Luiz Mauro Filho e Everson Vargas, além do uruguaio Sebastian
Jantos e do cubano Mauricio Figueral. A direção musical é de Leonardo
Ribeiro. A gravação foi feita no Estúdio Som da Luz, em Porto Alegre.
O lançamento do CD está previsto para o mês de julho, quando serão comemorados os 30 anos da ACJM-RS.
Confira os dois poemas que foram declamados pelo ex-governador Olívio Dutra para o CD José Martí en Canto:
Banquete de Tiranos
Hay una raza vil de hombres tenaces
De sí propios inflados, y hechos todos,
Todos, del pelo al pie, de garra y diente,
Y hay otros, como flor, que al viento exhalan
En el amor del hombre su perfume.
Como en el bosque hay tórtolas y fieras
Y plantas insectívoras y pura
Sensitiva y clavel en los jardines.
De alma de hombres los unos se alimentan,
Los otros su alma dan a que se nutran
Y perfumen su diente los glotones,
Tal como el hierro frío en las entrañas
De la virgen que mata se calienta.
De sí propios inflados, y hechos todos,
Todos, del pelo al pie, de garra y diente,
Y hay otros, como flor, que al viento exhalan
En el amor del hombre su perfume.
Como en el bosque hay tórtolas y fieras
Y plantas insectívoras y pura
Sensitiva y clavel en los jardines.
De alma de hombres los unos se alimentan,
Los otros su alma dan a que se nutran
Y perfumen su diente los glotones,
Tal como el hierro frío en las entrañas
De la virgen que mata se calienta.
A un banquete se sientan los tiranos,
Pero cuando la mano ensangrentada
Hunden en el manjar, del mártir muerto
Surge una luz que les aterra, flores
Grandes como una cruz súbito surgen
Y huyen, rojo el hocico y pavoridos
A sus negras entrañas los tiranos.
Los que se aman a sí, los que la augusta
Razón a su avaricia y gula ponen,
Los que no ostentan en la frente honrada
Ese cinto de luz que en el yugo funde
Como el inmenso sol en ascuas quiebra
Los astros que a su seno se abalanzan,
Los que no llevan del decoro humano
Ornado el sano pecho, los menores
Y los segundones de la vida, sólo
A su goce ruin y medro atentos
Y no al concierto universal.
Danzas, comidas, músicas, harenes,
Jamás la aprobación de un hombre honrado.
Y si acaso sin sangre hacerse puede,
Hágase… clávalos, clávalos
En el horcón más alto del camino
Por la mitad de la villana frente.
A la grandiosa humanidad traidores.
Como implacable obrero
Que a un féretro de bronce clavetea,
Los que contigo,
Se parten la nación a dentelladas.
–
Noche de Mayo
Con un astro la tierra se ilumina;
Con el perfume de una flor se llenan
Las ámbitos inmensos. Como vaga,
Misteriosa envoltura, una luz tenue
Naturaleza encubre,—y una imagen
Misma del linde en que se acaba brota
Entre el humano batallar. ¡Silencio!
Con el perfume de una flor se llenan
Las ámbitos inmensos. Como vaga,
Misteriosa envoltura, una luz tenue
Naturaleza encubre,—y una imagen
Misma del linde en que se acaba brota
Entre el humano batallar. ¡Silencio!
En el color, oscuridad! ¡Enciende
El sol al pueblo bullicioso y brilla
La blanca luz de luna!—En los ojos
La imagen va,—porque si fuera buscan
Del vaso herido la admirable esencia,
En haz de aromas a los ojos surge:—
Y si al peso del párpado obedecen,
¡Como flor que al plegar las alas pliega
Consigo su perfume, en el solemne
Templo interior como lamento triste
La pálida figura se levanta!
Divino oficio! El Universo entero,
Su forma sin perder, cobra la forma
De la mujer amada, y el esposo
Ausente, el cielo póstumo adivina
Por el casto dolor purificado.
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