(Foto: Página/12) |
Por Alejandra Dandan,
no Página/12, de 02/01/2014 (nota vinculada
ao material geral referido na postagem acima)
En este momento hay 12 juicios (julgamentos) orales en curso. En ellos,
se juzga a 219 imputados por unas 2000 víctimas. Esto muestra que hay un
promedio (uma média) de 166 víctimas por cada juicio. Pero el “promedio” no
refleja la situación real. Aún hay juicios fragmentados y pequeños, pero la
política que se profundizó este año va hacia otro lugar.
En la Ciudad de Buenos Aires se están haciendo dos (dois) debates, ambos
con características de megajuicio (megajulgamento): Plan Cóndor, con 24
imputados por 106 víctimas y el juicio unificado de la ESMA (Escola de Mecânica
da Armada – Marinha -, famoso centro de tortura que virou centro de memória),
por 66 imputados y por casi 800 víctimas. En Córdoba sucede lo mismo: el juicio
por los crímenes de La Perla tiene en el banquillo (banco dos réus) a 44
imputados por un total de 417 víctimas. Y juicios que terminaron este año con
las mismas características alimentaron las estadísticas de condenas
(condenações).
Entre ellos estuvo el juicio de Tucumán con 41 acusados por 234
víctimas. Carolina Varsky, de la Procuración, señala que “a través de estos
números ahora pueden verse los resultados de las políticas que viene impulsando
la Procuración desde hace años con el pedido de unificación de las causas y
también muestran el efecto, la importancia y el impacto que tienen los grandes
juicios.
Lo que se vio este año es la maduración del proceso. Y también el
resultado del uso de las reglas de la Cámara de Casación, que no es menor”,
agrega. Se refiere, por ejemplo, a las reglas que permiten a los testigos (testemunhas)
que ya declararon no tener que volver a hacerlo. “Esto permite aprovechar los
días de audiencia, no repetir prueba que ya se obtuvo en juicios anteriores y
ayuda a evitar que el testigo no se revictimice al tener que volver a
actualizar todo”.
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