AMÉRICA LATINA: EL DESAFÍO ES BUSCAR UN NUEVO PARADIGMA POSCAPITALISTA (parte 2/final)


Houtart: "Construir unas nuevas relaciones de fuerzas entre el capital y los pueblos y los trabajadores" (Fotos: Internet)

François Houtart, sociólogo y sacerdote belga: “El desafío fundamental para Bolivia, Venezuela y Ecuador es definir la transición bajo un nuevo paradigma poscapitalista”.

“Me pregunto si es posible desarrollar un socialismo del siglo veintiuno con los métodos del capitalismo del siglo diecinueve. Definir la transición, este es precisamente el desafío fundamental para países como Ecuador, Bolivia o Venezuela. Debemos pensar si queremos un nuevo paradigma que sea poscapitalista y no solamente posneoliberal, y como plasmar esto en políticas públicas concretas”.

“El capitalismo destruye toda utopía, es el fin de historia, y si no hay utopía no hay alternativas como decía la señora Thatcher. Necesitamos pensar cual es el tipo de mundo que queremos, el tipo de vida de la humanidad sobre la Madre Tierra, pero sin quedarnos en una abstracción”.

Por Katu Arkonada, no Nodal – Notícias da América Latina e Caribe, de 06/11/2013 (a entrevista foi dividida em duas partes e o título acima é deste blog; na primeira parte, publicada neste blog Evidentemente em 17/12/2013, traduzida para o português, está a qualificação do entrevistado)

Katu Arkonada (KA): Pasando de la situación en América Latina a Bolivia, donde acabas de participar en la Vicepresidencia de un seminario sobre agricultura campesina y soberanía alimentaria, ¿como ves la situación en este país y de este proceso?

François Houtart (FH): Me impresiona la transformación, el efecto positivo que han tenido las políticas gubernamentales en el aspecto social, los programas que cambian la vida de la gente mediante los bonos que se pagan con las ganancias del gas y del petróleo.

Un segundo aspecto es la presencia cultural, la transformación de la presencia del mundo indígena, el reconocimiento del valor del mundo indígena, de su dignidad. Hoy en día en Bolivia hay un orgullo de ser indígena.

Pero mis dudas son sobre todo con el tipo de modelo de desarrollo que me parece más y más afirmado como un proyecto desarrollista o neo-desarrollista que finalmente sigue las lógicas fundamentales del modelo capitalista a pesar de un vocabulario muy anticapitalista y que tiene como consecuencia fundamental la ignorancia de las externalidades. Se pueden justificar evidentemente estas políticas por los logros inmediatos pues se necesita este dinero para financiar los programas sociales pero no podemos dejar de examinar cuales son las consecuencias a más largo plazo de la expansión de la explotación petrolera o minera, así como de ciertos modos de desarrollo rural o agrícola.
Me pregunto si es posible desarrollar un socialismo del siglo veintiuno con los métodos del capitalismo del siglo diecinueve. Definir la transición, este es precisamente el desafío fundamental para países como Ecuador, Bolivia o Venezuela. Debemos pensar si queremos un nuevo paradigma que sea poscapitalista y no solamente posneoliberal, y como plasmar esto en políticas publicas concretas. Tenemos la disyuntiva de desarrollar medidas que solamente adapten el sistema capitalista existente a nuevas demandas ecológicas o sociales o la posibilidad de crear un nuevo paradigma poscapitalista.

KA - Y dentro de ese planteamiento de crear un nuevo paradigma poscapitalista, tenemos el Vivir Bien o Buen Vivir, ya consagrado en las constituciones de Bolivia y Ecuador, o el concepto que has venido trabajando de Bien Común de la Humanidad. Estos conceptos o construcciones que comienzan siendo teóricas, simbólicas, ¿cómo los transformamos en proyecto político para la transición?

FH - Pienso que necesitamos algunos de estos conceptos, que pueden significar una meta, una utopía. Pero utopía en el buen sentido de la palabra. Las necesitamos porque el capitalismo destruye toda utopía, es el fin de historia, y si no hay utopía no hay alternativas como decía la señora Thatcher. Necesitamos pensar cual es el tipo de mundo que queremos, el tipo de vida de la humanidad sobre la Madre Tierra, pero sin quedarnos en una abstracción. Una parte de la literatura sobre este tema es un poco romántica, una especie de regreso al pasado que puede aparecer como una idea muy bella pero no concreta.

Bien Común de la Humanidad: como construir la vida (cuatro ejes)

Por eso he tratado de desarrollar este concepto de Bien Común de la Humanidad como justamente una meta. El BCH es la vida, como construir la vida, como reproducir la vida, como mejorar la vida tanto de la Madre Tierra como de la Humanidad.

EL Bien Común de la Humanidad se puede traducir en cuatro ejes prácticos fundamentales. En primer lugar la relación que toda sociedad debe resolver, la relación con la naturaleza, y pasar de la explotación al respecto como fuente de toda vida. Esto tiene aplicaciones muy concretas, no se puede aceptar más la propiedad privada de los recursos naturales, ni la mercantilización de lo que es esencial para la vida como el agua, las semillas, etc.

En segundo lugar es importante pensar en la producción de la base material de la vida. Sin base material no hay vida y por eso frente al paradigma capitalista necesitamos reconstruir otro paradigma basado en el valor de uso frente al valor de cambio. Y si aceptamos esto, no se pueden permitir los paraísos fiscales que crean una riqueza artificial y una economía casino, no se puede aceptar más un secreto bancario ni otros aspectos de la construcción actual de la economía, debemos transformarla.

El tercer aspecto es generalizar los procesos democráticos en todos los ámbitos, no solamente políticos sino también económicos, sociales, culturales, religiosos; y en todas las relaciones humanas sociales, también en las relaciones hombre-mujer.

Finalmente, el otro eje del Bien Común de la Humanidad es la interculturalidad. El capitalismo es fruto de una cierta visión de la modernidad que impone la cultura occidental como el único modelo y que excluye, destruye y folcloriza el resto de culturas. Debemos aprovechar para el BCH el aporte de todas las culturas, de todos los saberes, también tradicionales, de todas las filosofías, de todas las espiritualidades, para la lectura de la realidad y para construir una ética necesaria.

En este sentido pienso que estamos aterrizando en cosas muy concretas y no solamente quedándonos en lo abstracto. Cuando vemos los foros sociales mundiales por ejemplo, escuchamos que en cada campo de estos cuatros ejes existen millares de iniciativas en todo el mundo, para transformar la relación con la naturaleza, para introducir la interculturalidad, para democratizar los sistemas de económicos y construir una economía social y no capitalista, etc. Todo eso existe, el problema es aglutinar todos estos esfuerzos dispersos y por lo tanto, fácilmente controlables por el sistema. Debemos llegar a una cierta convergencia de todos estos movimientos e iniciativas para construir unas nuevas relaciones de fuerzas entre el capital y los pueblos y los trabajadores.

En cualquier caso, se puede llamar Bien Común de la Humanidad, pero también se puede llamar Sumaq Kawsay o Socialismo del Siglo XXI, no importa el nombre, lo que importa es el contenido.

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