A força das massivas manifestações de rua por educação gratuita colocou o tema na agenda política do país (Foto: Víctor R. Calvano/AP) |
Nem os governos da Concertação (centro-esquerda)
nem o da direita se dispuseram a fazer reformas estruturais no modelo de
educação. Por isso, os estudantes estarão prontos a voltar às ruas se a partir
de março – quando toma posse o novo governo – não se abre caminho para uma
mudança de fundo.
Por Mercedes
López San Miguel, de Santiago, no jornal argentino Página/12, de 18/11/2013
Chile é o
único país da América Latina onde todas as universidades são pagas, desde as mais
prestigiosas como a Universidade do Chile, até a mais medíocre, sem importar se
são públicas ou privadas. As massivas manifestações de rua protagonizadas pelos
estudantes em 2011 e que fustigaram o governo de Sebastián Piñera, puseram em
primeiro plano o fato do modelo de educação ser regido pela busca do lucro e pelas
regras do mercado. Já em 2006, durante o governo da socialista Michelle
Bachelet, os secundaristas haviam reclamado mudanças substanciais num sistema
que consideram desigual. E é por isso que uma das principais promessas de campanha
da líder da Nova Maioria foi garantir uma “educação gratuita e de qualidade”.
A
Universidade do Chile, que é pública, abriga 3% do alunado geral e, na hora de
pagar um curso, não apresenta maior diferença dum estabelecimento privado como o
da Universidade As Américas (pertencente ao consórcio norte-americano Laureate
International Universities), em cujo interior ao passar um hall se tem acesso a
um pátio de alimentação com mesinhas ao ar livre e um caixa automático. O estudante
de Engenharia Industrial Fernando Peralta, de 32 anos, contou que seu curso
dura sete anos, custa uns sete mil dólares a cota e a cada ano aumenta 1,7%. “O modelo de educação está
pensado para os que têm dinheiro; os demais terminamos endividados”. É que 70%
dos estudantes têm que recorrer a um crédito – estatal ou bancário – para poder
estudar, o que os deixa afogados durante anos. Foi graças às manifestações de dois
anos atrás, que pelo menos o governo reduziu os juros que se aplicam ao crédito
estatal de 6 para 2%.
Continua em espanhol, com algumas palavras e/ou
expressões traduzidas entre parênteses:
En otra de las mesas, una estudiante de la carrera (do curso) Educación
diferencial, de 25 años, dijo (disse) que gasta casi todo el sueldo en la cuota
(o salário na cota). “Son 200 mil por mes (400 dólares) y mi salario es de 127
mil. Así no me queda otra (Assim não me resta outra opção) que vivir con mi
mamá”, se quejó Denery Mallea. A su lado, su amiga Geraldine Díaz dijo (disse) que
espera que cambie (mude) el sistema educativo y que no sean sólo promesas de
campaña. “Como futuras profesoras de chicos (meninos) con dificultades queremos
un cambio (uma mudança) y que la educación sea más inclusiva.” Geraldine dijo
que su candidato era Marco Enriquez Ominami, porque “es el único que sacó (que tirou,
que fez) los cálculos para decir que puede garantizar una educación gratuita.
Tiene un plan de acción, es joven y más actualizado”.
La Ley General de Universidades, sancionada en 1981 durante la dictadura
de Pinochet, delineó la privatización del financiamiento de la enseñanza (do
ensino) superior. Luis Eduardo González, investigador del Programa
Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE), señaló que este
modelo educativo divide a la población estudiantil. “Un 60 por ciento estudia
en universidades estatales y el otro 40 por ciento en universidades privadas.
En ambos casos, se otorgan becas (bolsas) – muy pocas – y créditos como
incentivos para pagar. Más de la mitad de esa población está muy endeudada
(endividada).”
La discriminación por estratos sociales no es exclusiva de la enseñanza
superior. Durante el gobierno de Bachelet los estudiantes secundarios apodados
“los pingüinos” (apelidados “os pinguins”) – por el color de sus uniformes –
reclamaron una mejor calidad de la educación y menor cantidad de alumnos por
aula. Como el primario y el secundario son obligatorios, en ambos rige (vigora)
la gratuidad. Sin embargo (No entanto), existen colegios a los que el Estado
les permite que reciban un aporte de los padres (pais), y eso genera una
diferencia entre las familias que pueden y las que no pueden hacerlo (fazê-lo).
Hay colegios privados exclusivamente para un 10 por ciento más rico de
Chile, que suelen ser los de mejor calidad. El resto de la población opta por
los colegios públicos (municipales), a los que van los sectores más populares o
(ou) los colegios particulares privados (que reciben subvención del Estado), a
los que asiste (acorrem) la clase media y media baja. El experto señaló (O
especialista assinalou) una de las fallas del sistema. “Cualquier persona puede
abrir un colegio. ¿Cómo se financia? Recibe una subvención estatal por alumno
presente en la escuela. De este modo, los colegios tratan de aumentar la
cantidad de alumnos por clase (por aula). Algo que deteriora el nivel de la
enseñanza (do ensino).”
Ni (Nem) los gobiernos de la Concertación ni (nem) la derecha ofrecieron
reformas estructurales del modelo. Por eso, mientras (enquanto) varios ex
líderes estudiantiles como Camila Vallejo (uma das lideranças dos massivos
protestos de rua, do Partido Comunista, eleita agora para o Senado) se
presentan como alternativas de renovación de la política, para pelear su lucha
desde el Congreso, los alumnos estarán prestos a volver a las calles si a
partir de marzo no se allana el camino para un cambio de fondo (os alunos
estarão prontos a voltar às ruas se a partir de março – quando toma posse o
novo governo – não se abre caminho para uma mudança de fundo).
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