Ícone do Movimento Passe Livre: um mundo sem catracas (Fotos: Internet) |
Entrevista com Matheus
Rando Pries, 19 anos, militante do Movimento Passe Livre (São Paulo): a faísca do MPL virou incêndio. Por trás dos protestos
contra o aumento do ônibus, metrô e trens vieram as reivindicações por melhor
saúde pública, educação, o repúdio à repressão, à corrupção e à gastança para a
Copa do Mundo.
“O
discurso da paz esconde as contradições da sociedade, nós estamos contra esse
discurso pacifista da imprensa hegemônica. A realidade é que não existe paz, o
Estado manda a polícia matar na periferia, os hospitais matam as pessoas com um
serviço ruim”.
“No primeiro
momento, a Globo tentou criminalizar o movimento, caracterizava os
manifestantes como delinquentes. Depois viram que o apoio é tão grande que
mudaram de estratégia. Agora fazem uma manipulação mais encoberta, escondendo o
que se diz nas ruas, e começam a distorcer a pauta. Dizem que a gente sai para
denunciar a corrupção, e a corrupção é uma bandeira da direita.”
Por Darío Pignotti, de Brasília, no jornal
argentino Página/12, edição de
30/06/2013
Matheus Rando Pries, 19 anos, militante do Movimento Passe Livre, foi às
mobilizações em São Paulo e à reunião com a presidenta Dilma Rousseff, em Brasília,
vestido do mesmo modo: sandálias e camiseta negra ilustrada com um jovem derrubando
a catraca dum ônibus. Esse pontapé furioso é o ícone, ou um de tantos surgidos
desta revolta que explodiu sem aviso.
O Movimento Passe Livre (ou por passagem gratuita, MPL) encabeçou as
marchas paulistas faz um mês, onde ganhou credibilidade no movimento popular ao
conquistar o que parecia impossível, a redução do preço do transporte público.
Foi só o começo, por trás dos protestos contra o aumento do ônibus, metrô e trens vieram
as reivindicações por melhor saúde pública, educação, o repúdio à repressão
policial, à corrupção e à gastança na organização da Copa do Mundo. A faísca do MPL virou incêndio. E se bem
Dilma não é o principal alvo dos manifestantes que deixaram o país de pernas para
o ar, a aprovação do seu governo caiu verticalmente de 57 para 30%, segundo uma
pesquisa divulgada ontem (dia 29) e a sua reeleição já não é incontestável, sua
intenção de voto baixou de 51 para 30%, segundo a mesma pesquisa.
– O desgaste do governo favorece a estratégia do MPL?
– Nós não queremos derrubar ninguém, não estamos metidos numa disputa
partidária ou pela conquista do governo. Nossa disputa é para que se apliquem outras
políticas públicas, o que nós queremos é derrubar as injustiças... derrubar a
exclusão.
–¿Dilma es una compañera o una enemiga?
–Ehhh, en
fin... después de la reunión que tuvimos con ella el lunes (segunda-feira última,
dia 24, no Palácio do Planalto), decimos que en el actual momento en que nos
encontramos de la lucha por el transporte, todas las propuestas de ella fueron
iguales a las de la patronal (foram iguais às dos empresarios). Queremos seguir
bajando las tarifas con más inversiones en el transporte, llegar a cero, y ella
lo que hace es dar una rebaja en el boleto (tarifa) reduciéndoles los impuestos
a los empresarios, sin tocarles las ganancias (os lucros), esto no resuelva
nada.
–¿Ven diferencias entre Rousseff y el Partido de la Socialdemocracia
Brasileña (PSDB, principal fuerza de derecha)?
–No son
lo mismo, si el PSDB (de Fernando Henrique Cardoso) estuviera en la presidencia
la represión sería mucho más descarada, desvergonzada, la policía vendría
abiertamente a atacarnos, como lo hizo al principio de las marchas en San
Pablo. El PT (Partido de los Trabajadores de Dilma) es distinto al PSDB, el PT
es contradictorio, por un lado está contra la represión y por otro lado apostó
en el desgaste de nuestro movimiento. El PT es menos duro que el PSDB en la
defensa de los patrones.
–Después de la reunión entre ustedes y Dilma, el secretario general de
la presidencia Gilberto Carvalho declaró que no existe democracia sin partidos.
¿Coincide? (Concorda?)
–Mi
opinión, no la de todo el MPL, es que no se necesitan partidos para que haya
democracia. Partido se necesita para tener el poder de un Estado burgués, pero
nosotros nos organizamos por fuera de la institucionalidad, los partidos
obstruyen nuestra lucha queriendo amarrarla a sus intereses.
No se
precisa de un programa totalizante para pelear por el transporte gratis,
nosotros somos de izquierda pero no partimos de un planteo totalizante para
pelear por el boleto, damos la pelea, y luego vamos a lo ideológico –sostiene
el muchacho de la remera negra con el símbolo del molinete hecho trizas,
vestimenta que iguala a los activistas del MPL.
Tal vez
Brasil no vuelva a ser el país que era después de 15 días de protagonismo
popular primario. Aluvional. Hay una disputa abierta por el sentido ideólogico de
la revuelta, de momento inclinada a la izquierda, y el rumbo político hacia
donde marchan los millones de indignados en Río, Brasilia, Salvador, Belo
Horizonte y decenas de ciudades, luego de que el minúsculo MPL irrumpió como un
rayo en la Avenida Paulista, la principal de San Pablo, catalizando la rabia
por lo caro y malo del transporte en la mayor ciudad del país.
–El origen de la revuelta tuvo una inspiración progresista, con el
correr de los días se vieron grupos diciendo “Lula andate a Cuba” y hasta
quienes reivindicaron a los militares.
–Seguramente
esa gente fue apareciendo en las marchas, vemos esos grupos con mucho cuidado,
para que no copen las marchas, pero en ningún momento el sentido amplio,
social, de izquierda se ha perdido. Creo que se mantiene el control político de
las movilizaciones, pero nosotros no somos la dirección de todo esto.
–¿El MPL se define como una organización que hace uso de la violencia
política?
–La
violencia existe desde el Estado que nos impone este transporte, esta educación,
y nosotros nos oponemos a aceptar esas imposiciones que parecen algo natural.
Nuestro lema es “si el boleto no baja, la ciudad para”, nosotros utilizamos una
violencia política para impedir el funcionamiento de la ciudad, no estamos a
favor de agredir a nadie, ni atacar predios públicos. Es una violencia que está
en el símbolo de la ruptura del molinete, violencia contra una ciudad donde las
personas circulan como mercaderías. El discurso de la paz esconde las
contradicciones de la sociedad, nosotros estamos contra ese discurso pacifista
de la prensa hegemónica. La realidad es que no existe paz, el Estado manda la
policía a matar en la periferia, los hospitales matan a la gente con un
servicio malo.
Los
chicos del MPL, en general no pasan de 25 años, son un éxito mediático en
Brasil y en la prensa internacional, donde aún prevalece la matriz de opinión
anglosajona que equipara al fenómeno brasileño con la “primavera árabe” sin
reparar en otras analogías existentes en Latinoamérica.
–El caso brasileño es lo suficientemente ecléctico, pero ¿no sería más
apropiado compararlo con el proceso encabezado por los jóvenes “pingüinos” de
Chile antes que con el mundo árabe?
–Es
verdad, hay comparaciones erradas. Yo no discutí esto con mis compañeros, pero
creo que tal vez sea más preciso ser comparados con los estudiantes chilenos
que con los jóvenes árabes, porque nosotros igual que los chilenos peleamos por
una agenda puntual, ellos por la educación gratuita y pública, acá nosotros por
el transporte. Nosotros no vamos a la calle como los árabes que iban contra
algunas dictaduras, contra el sistema. Nosotros usamos un método parecido al de
los chilenos, enfrentar a todo el Estado en un punto claro, el transporte, con
acciones directas. En Chile se inviabilizó el funcionamiento de las
universidades, en San Pablo la ciudad dejó de funcionar. Nosotros no pedimos la
caída de Dilma contra los egipcios que pedían la salida de (Hosni) Mubarak.
Después
del transporte, otra demanda cada vez más extendida en las marchas es el
repudio a los gastos excesivos y no siempre transparentes para la Copa de las
Confederaciones, que concluye hoy con el choque entre Brasil y España, en el
Maracaná.
–Es curioso que en el país del fútbol haya tamaña protesta contra la
Copa.
–Nosotros
estamos viendo que esto fue creciendo en cada partido de la Copa
(Confederaciones), nos parece que las cosas están creciendo como para que haya
una multitud protestando el domingo frente al Maracaná.
Hace dos
meses había movilizaciones fuertes en Río contra el dinero gastado para
reformar el Maracaná, por el desalojo de los indígenas (ocupantes de un predio
que debe ser demolido), pero no se puede comparar con lo que puede pasar el
domingo en la final. Además, se suma la indignación por la masacre de 10 personas
en la favela Maré, el lunes. En Río al principio las marchas eran de clase
media, ahora empieza a sumarse la periferia. Igual está pasando en San Pablo,
en las últimas marchas vimos que comenzó a sumarse mucha gente que viene de los
movimientos barriales del Este, donde están las favelas más importantes.
–Pelé recomendó no ir a las marchas y ver los partidos en casa.
–Eso
muestra su falta de compromiso completo con la realidad política que está
saltando en todas partes. Es una pena que una figura pública importante esté
incentivando a la gente a no manifestarse, que considere que sea más importante
el fútbol que las reivindicaciones sociales.
A mí me
gusta el fútbol, no soy hincha (não sou torcedor), me gusta jugarlo, pero lo de
Pelé no me gusta nada.
Inspiração zapatista
Por Darío Pignotti
Pries
resume al Movimiento por el Pase Libre como un colectivo surgido en 2005 en el
marco del Foro Social Mundial, inspirado en algunas tesis del mexicano Ejército
Liberación Nacional Zapatista.
“No somos
tan ambiciosos como los zapatistas, no llegamos tan lejos como ellos, que
lograron organizar comunidades autónomas del Estado en Chiapas, nosotros
impulsamos reivindicaciones que dependen del Estado, nosotros no estamos en una
disputa por el control del Estado, pero peleamos por que cambie sus políticas
de transporte. Somos autonomistas, esto lo tomamos de los zapatistas, porque no
estamos ligados al Estado ni a ningún partido, no renunciamos a nuestra agenda
para amoldarnos a un acuerdo con partidos, nosotros construimos poder popular
autónomamente.
“Casi
todos nuestros militantes están contra el Estado, porque dentro de nuestra
organización hay anarquistas, comunistas, apartidarios. Somos horizontales,
somos contrarios a liderazgos que pretendan asumir nuestra conducción. Como
Movimiento Pase Libre, no nos planteamos luchar por la disolución del Estado.
No luchamos para que la sociedad sea así o asá. Nuestra propuesta es luchar por
transporte, para que sea gestionado colectivamente, de manera popular. Hay
teóricos que dan una importancia excesiva a la organización a través de las
redes sociales. Escuché hablar de (el teórico español Manuel) Castells, pero no
lo leí. Lo que puedo comentar es que por sí solas las redes no explican las
movilizaciones políticas, lo que explica todo esto que pasa es la construcción
de una pauta política fuerte, convocante, real. Facebook es utilizado como un
instrumento superficial de comunicación, sirve para llamar a una reunión, para
denunciar cuando los compañeros caen presos. Lo bueno es que en Internet
nosotros tenemos el control de lo que sale. En la prensa, como es casi toda de
derecha, se tergiversa. Nos permite hacer correr nuestros comunicados sin que
los manipule la TV Globo.
“En el
primer momento, Globo intentó criminalizar al movimiento, caracterizaba a los
manifestantes como delincuentes. Después vieron que el apoyo es tan grande que
cambiaron de estrategia. Ahora hacen una manipulación más encubierta,
escondiendo lo que se dice en la calle, y empiezan a torcer la pauta. Dicen que
la gente sale para denunciar la corrupción, y la corrupción es una bandera de
la derecha.”
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