CUBA: PEQUENOS NEGÓCIOS PRIVADOS PARA RESPALDAR O ESTADO

Uma imobiliária improvisada numa praça do centro de Havana (Foto: EFE/Página/12)
A nova política económica em Cuba gerou quase meio milhão de “cuentapropistas” (pequenos empresários por conta própria): a atividade privada incentivada por Raúl Castro, especialmente no setor de serviços, junto ao desenvolvimento de cooperativas, cresceu nos últimos anos. A maioria dos novos pequenos empresários é formada por jovens.
O governo cubano, que sublinhou sua intenção de fortalecer o socialismo e não destruí-lo com a implementação dessas mudanças, sustenta que seu propósito é que o setor privado cumpra com um papel de apoio à economia nacional, e não como centro, lugar que continuarão ocupando as grandes empresas estatais.
O objetivo é manter o planejamento da economia, um princípio marxista, por parte do Estado, sem ignorar o mercado da oferta e procura.
Matéria do jornal argentino Página/12, edição impressa de hoje, dia 3 – os dois últimos destaques acima são da edição deste blog (em espanhol, com traduções pontuais)
El número de trabajadores del sector privado y cuentapropistas (trabalhadores/pequenos empresários por conta própria) en Cuba trepó a 489.929 a fines de febrero pasado, lo que representa una suba (um aumento) de 11.000 personas en los dos primeros meses de 2015, especialmente en el sector servicios, actividad que es promovida por el gobierno de Raúl Castro junto al desarrollo (desenvolvimento) de cooperativas, en el marco de la actualización de su sistema socialista. Al menos un 29 por ciento de los cuentapropistas, como describen las autoridades a los pequeños empresarios privados, son jóvenes, según cifras del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). Una de las reformas lanzadas en la isla por el gobierno del presidente Castro desde 2008 tiene que ver con la expansión del sector privado, que casi desapareció en Cuba tras (após) la ofensiva revolucionaria lanzada en 1960, pero que se recuperó con lentitud (lentidão), especialmente, tras (após) la profunda crisis que sufrió la economía cubana a partir de 1992, tras (depois da queda) el derrumbe de la Unión Soviética, que era su principal mercado y proveedor de energía y otras mercaderías, en lo que se dio en llamar el período especial (ver observação).
A fines de 2014, cuando se abrieron negocios privados en 201 actividades diferentes, especialmente en el sector de servicios, se empleaban en ellos más de 476.000 ciudadanos. Al anunciarse en 2010 el programa de extensión del número de privados, las autoridades dijeron que ese sector llegaría pronto al medio millón (chegaria breve a meio milhão). Otro objetivo oficial es que en el modelo económico socialista que viene reestructurándose desde hace algún tiempo, los restaurantes y cafeterías lleguen a ser administrados en su totalidad por actores privados, pero que mantengan fuertes vínculos con el Estado.
Según las nuevas cifras difundidas sobre el área de los cuentapropistas, al menos 144.595 son mujeres, 81.215 son trabajadores asalariados de los nuevos negocios y 60.897 jubilados (aposentados), además de los más de 147.000 jóvenes. Estos números llevaron al diario (jornal) Juventud Rebelde a comentar que es evidente la aceptación de esta nueva forma de empleo (emprego). El Estado cubano alienta además la fundación de cooperativas en diversas esferas, que incluyen la gastronomía, el transporte, el agro, talleres automotrices (oficinas de auto-peças) y otras actividades. Esas entidades están administradas por accionistas que fueron, en muchos casos, empleados (empregados) de empresas estatales pequeñas que desaparecieron para abrir paso (passagem) a las cooperativas.
No obstante, el gobierno cubano, que subrayó su intención de fortalecer el socialismo y no destruirlo con la implementación de estos cambios (dessas mudanças), sostiene (sustenta) que su propósito es que el sector privado cumpla con un papel de apoyo a la economía nacional, y no como centro, lugar que seguirán ocupando las grandes empresas estatales. Otra idea esbozada en el nuevo modelo cubano será mantener la planificación de la economía, un principio marxista, por parte del Estado, sin ignorar el mercado de oferta y demanda, tal como reafirmó este mes Marino Murillo, ministro de Economía.
A mediados del mes pasado, cooperativistas estadounidenses de distintos sectores económicos lanzaron el Grupo de Trabajo Cooperativo Estados Unidos-Cuba para promover el intercambio con sus pares caribeños, en el marco del acercamiento (da aproximação) entre ambos países para normalizar las relaciones.
Tal iniciativa, liderada por la Asociación Nacional de Cooperativas y su programa internacional Clusa, tiene como objetivo de contribuir al fortalecimiento del sector cooperativo, según explicó Michael Beal, presidente de la institución. “Queremos trabajar para asegurarnos de que las cooperativas crecen en Cuba”, señaló Beal.
La asociación consideró que la decisión del gobierno estadounidense tomada en diciembre, de normalizar las relaciones con Cuba, crea un ambiente único para expandir el negocio de las cooperativas entre ambos países. En este sentido, la organización ofreció funcionar como un recurso técnico y aportar su experiencia en distintos sectores para promover el acceso a los mercados, a la tecnología y a servicios financieros.
“Queremos saber los retos (os desafios) que están experimentando y compartir (compartilhar) mejores prácticas”, indicó Amy Coughenour, directora de operaciones del programa internacional Clusa de la asociación de cooperativistas. El grupo hizo un viaje exploratorio a Cuba en julio de 2014, planifica otros dos (outras duas) viajes a Cuba para este año, que aún no tienen fecha (data), y quiere organizar en ese país un foro que les permita generar algún intercambio más sustancial (mais substancial)
Tradução (parcial): Jadson Oliveira.
Observação deste Evidentemente: É muito conhecida em Cuba a designação de “período especial” para os anos de crise – tremenda escassez de produtos, inclusive alimentos – que se seguiram ao debacle da antiga União Soviética. Conheci um brasileiro por lá (“amigo de Cuba”) que viaja (ou viajava) frequentemente à nossa querida ilha. Ele me contou que esteve lá no tal “período especial” e nessa fase os cubanos só comiam milho.

Seu nome é Geraldo Martins, da cidade de Unaí, Minas Gerais. A gente o chamava “Geraldo de Unaí”. Andou envolvido com uma “novia” (namorada) por lá, uma “guajira” (pronuncia-se “guarrira” – moça do meio rural), como ele dizia. Tivemos uma ótima camaradagem por lá, gente boa, grande figura.

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